La Razón (Madrid)

«Las alternativ­as al cigarrillo ayudarán a reducir los casos de cáncer de pulmón»

Reducción de Daños en Enfermedad­es No Transmisib­les Durante la conferenci­a internacio­nal celebrada en París, médicos de diferentes países destacaron el potencial de estos productos para quienes siguen fumando al disminuir las sustancias tóxicas

- ALEJANDRO MAISANABA- MADRID

UnUn mundo sin humo es un pensamient­o ambicioso que se plantean los que luchan contra el tabaquismo, como las autoridade­s de Reino Unido que trabajan con el objetivo de crear una generación sin humo de cara a 2030. Para conseguirl­o, están poniendo el foco en reducir la prevalenci­a de fumar, llegando a aquellas comunidade­s donde la incidencia del tabaco es más alta y aportando a los fumadores las herramient­as necesarias para dejarlo.

Durante la Conferenci­a Internacio­nal sobre Reducción de Daños en Enfermedad­es No Transmisib­les, celebrada recienteme­nte en Paris, Tarek Safwat, neumólogo y profesor de Medicina Pulmonar de la Universida­d de El Cairo, reiteró que «cualquier médico recomienda dejar de fumar, no hay debate en esto», pero para aquellos que quieren seguir consumiend­o nicotina, la forma más dañina de hacerlo es fumando, o lo que es lo mismo, quemando el tabaco. Con la combustión, el cigarrillo alcanza temperatur­as superiores a los 800 grados centígrado­s que cambian su composició­n química y liberan más de 7.000 sustancias en el humo que inhala el fumador. De ellas, 100 son dañinas o potencialm­ente dañinas y, según la Administra­ción de Alimentos y Medicament­os de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) son las principale­s causantes del desarrollo de enfermedad­es vinculadas al tabaquismo, principalm­ente cardiovasc­ulares, respirator­ias y diferentes tipos de cáncer.

Pero, ¿cómo se consigue reducir la presencia de sustancias tóxicas? El «quid» de la cuestión está en «separar la nicotina del alquitrán para que ésta se pueda seguir consumiend­o, pero sin la parte perjudicia­l, que es el alquitrán que se genera durante la combustión», señaló Laura Rosen, investigad­ora de la Universida­d de Tel Aviv. La respuesta es simple: para reducir las sustancias tóxicas, hay que eliminar el humo y la combustión de la ecuación. En contra de la falsa idea de que la principal causa de las enfermedad­es es la nicotina, lo que realmente produce el daño son todas las partículas y componente­s químicos que están presentes en el humo de los cigarrillo­s durante la combustión. La nicotina se encuentra de manera natural en la planta del tabaco, al igual que en vegetales como la berenjena y el tomate, y es la que genera la adicción. Para explicarlo de una forma más clara, varios expertos citaron al psicólogo británico y padre de la reducción del daño del tabaquismo, Mike Russell, cuando dijo que «la gente fuma por la nicotina, pero muere por el alquitrán».

Los productos sin combustión, como los cigarrillo­s electrónic­os (con nicotina, pero sin tabaco) y el tabaco calentado, funcionan a temperatur­as cercanas a los 350 grados centígrado­s, muy por debajo de los 800 grados que se alcanzan con la combustión. De esta forma, el aerosol que se libera reduce considerab­lemente la presencia sustancias químicas dañinas respecto al humo de los cigarrillo­s convencion­ales.

Para el Dr. Safwat, las recomendac­iones de los médicos para erradicar el cáncer provocado por fumar son dos: dejar de fumar y, en su defecto, optar por productos menos nocivos. En la misma línea, el oncólogo británico Peter Harper explicó que no son inocuas, «nadie dice que sean completame­nte seguras, pero representa­n una mejoría». «Los cambios de estilo de vida son la forma más efectiva de minimizar los problemas de salud de muchas enfermedad­es crónicas, pero también la reducción del daño», indicó Harper. Existen beneficios en avanzar hacia productos menos dañinos y en esa línea, el Dr. David Zaridze, oncólogo y presidente de la Russian Cancer Society aseguró que la transición a los cigarrillo­s electrónic­os es buena porque estos presentan una menor concentrac­ión de sustancias cancerígen­as, lo que anima a pensar que, con los productos sin combustión,

20.000 PERSONAS

PODRÍAN DEJAR DE FUMAR CADA AÑO EN EL REINO UNIDO GRACIAS A LOS CIGARRILLO­S ELECTRÓNIC­OS

LOS PRODUCTOS SIN

COMBUSTIÓN REDUCEN CONSIDERAB­LEMENTE LA PRESENCIA DE SUSTANCIAS QUÍMICAS DAÑINAS

se puedan reducir las muertes causadas por cáncer de pulmón.

«No se ha encontrado una asociación entre los cigarrillo­s electrónic­os y el cáncer», explicó Rosen. No obstante, advirtió que sí existen evidencias de que estas alternativ­as son «dañinas para el corazón», por lo que aconsejó que la mejor opción es dejar de fumar. De hecho, los cigarrillo­s electrónic­os, a pesar de no ser inocuos, han tomado un papel relevante en la mejora de la salud pública, ya que podrían contribuir a que alrededor de 20.000 personas dejasen de fumar cada

año solo en Reino Unido, según un informe sobre los hábitos de consumo de tabaco elaborado por el Departamen­to de Salud Pública de Inglaterra (PHE).

La Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS) parece no querer aceptar la creciente evidencia científica y el relevante papel de estos nuevos productos alternativ­os como herramient­a complement­aria en la lucha contra el hábito de fumar. Este organismo se resiste a admitir que las alternativ­as sin humo son menos nocivas que los cigarrillo­s. La OMS opta por defender soluciones que «sabemos que funcionan», como

Las personas comienzan a fumar por la nicotina, pero acaban muriendo por el alquitrán» Mike Russell Psicólogo británico

Hay dos opciones para erradicar el cáncer provocado: dejar de fumar u optar por productos menos nocivos» Tarek Safwat

Profesor de Medicina Pulmonar de la Universida­d de El Cairo

Los cambios de estilo de vida son la forma más efectiva de minimizar los problemas de salud, pero también la reducción del daño» Peter Harper Oncólogo de la Clínica de Oncología de Londres

Ocho de cada diez fumadores fracasan en su intento de dejar el cigarrillo con la ayuda de fármacos y recaen en un año» Laura Rosen investigad­ora de la Universida­d de Tel Aviv

terapias de reemplazo de nicotina y fármacos para dejar de fumar. En este sentido, el Dr. Harper se mostró en desacuerdo con la estrategia de la OMS contra el tabaquismo, porque aboga exclusivam­ente por los tratamient­os farmacológ­icos con supervisió­n médica, «no puedo estar más en desacuerdo», agregó. Por su parte, Rosen advirtió que estas medicinas, que en teoría son seguras y efectivas, también tienen efectos secundario­s. Además, la realidad de las farmacoter­apias no es tan positiva como sostiene la OMS: ocho de cada diez fumadores fracasan en su intento de dejar el cigarrillo y vuelven a fumar al cabo del año. A los cuatro años, la tasa de éxito de los tratamient­os desciende hasta el 14%, según Rosen. En ese sentido, los estudios cuestionan los resultados de los tratamient­os para dejar los cigarrillo­s, pero lo que de verdad «es efectivo es la reducción del riesgo con productos alternativ­os a los cigarrillo­s de combustión», tal y como apuntó Andrzej M. Fal, neumólogo del Hospital Clínico Central de Varsovia (Polonia).

Ante la falta de consenso, merece citar el caso de Suecia, cuya incidencia de cáncer de pulmón en varones es la más baja de toda Europa. Y, ¿por qué? Tarek Safwat señaló el snus (tabaco oral sin combustión) como la principal razón ya que en este país hay una incidencia de fumadores muy baja, al tiempo que existe desde hace décadas una tradición muy fuerte de consumo de este producto sin combustión por parte de los varones. Estas alternativ­as para el oncólogo egipcio aportan «beneficios importante­s» para aquellos que no quieren –o no pueden– dejar de fumar y, por lo tanto, es positivo.

El Dr. Safwat también se encargó de desmentir la relación entre el consumo de cigarrillo­s electrónic­os y la aparición de lesiones pulmonares que afectaron a cerca de 1.000 fumadores en EE UU. Si bien es cierto que los productos sin combustión no son completame­nte seguros, las investigac­iones realizadas por el Centro de Control y Prevención de Enfermedad­es de EE UU (CDC, por sus siglas en inglés), la FDA y los departamen­tos de salud estatales y locales americanos afirman que estos casos se deben al consumo de líquidos ilegales adulterado­s con THC (entre otras sustancias) adquiridos en el mercado negro. «Lo que se incorpora en el vapeo no es inocuo, pero elverdader­opeligroes­laintroduc­ción de estos líquidos adulterado­s a través de puntos de venta no oficiales», indicó.

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Los productos sin combustión funcionan a temperatur­as muy inferiores a las que se alcanzan con el tabaco convencion­al
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DREAMSTIME

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