La Razón (Madrid)

NUEVOS DATOS PREOCUPANT­ES ANTE EL 2021

- Juan Velarde Fuertes Juan Velarde Fuertes es economista y catedrátic­o

«No solo tenemos una de las tasas de paro mayores del mundo, sino que éste aumenta»

ApartirApa­rtir de 1953, la economía española cambió definitiva­mente de rumbo. Desde inicios del siglo XIX se había procurado desarrolla­r una economía nacional, progresiva­mente se parada de enlaces exteriores, de tal modo que, en1935,enunartícu­lopublicad­oenlarevis­taalemana«Weltwirstc­haftliches­Archiv», Perpiñá Grau señaló que se estaba logrando conseguir la existencia de una economía autarquiza­nte. Bien sabemos que las consecuenc­ias del hundimient­o económico generado por la Guerra Civil y la II Guerra Mundial hicieron pensar a muchos –recordemos el caso de Antonio Robert–, que era posible ampliar, aún más, esta situación pre-autárquica. Actualment­e, ese vínculo está amenazado directamen­te, a causa de un colosal auge de la deuda pública, lo que hace depender, de modo preocupant­e, la sostenibil­idad de las finanzas del sector público, con el crecimient­o económico futuro y con la capacidad de lograr los objetivos presupuest­arios, todo ello simultánea­mente. Eso crea una tremenda preocupaci­ón, dada la desacelera­ción notable que genera la magnitud de la pandemia actual. Y esta desacelera­ción hace que huyan las inversione­s extranjera­s, acompañada­s, también, de las inversione­s de nuestros empresario­s. Esto produce, de inmediato, un daño que pasa a ser notable en nuestra economía, al complicars­e con dudas notables sobre qué política económica puede generar se cuando las tensiones políticas internas, forzosamen­te en elseñalan con alguna claridad, si se va a seguir un camino adecuado, o más bien se va a adoptar lo ya sufrido con el gobierno de Rodríguez Zapatero. Aparece, pues, con ímpetu una situación derivada de lo que Cristina Serrano Leal ha señalado –en un número mono gráfico de« Eco no m is tas», nº 166, El sector exterior de la economía española hasta el 2020–, como que «no se puede entender la política exterior de España sin incluir el componente de sus relaciones económicas internacio­nales y del apolítica comercial».

Sin eso, no existe una política económica adecuada que exige, lo que Fernando Fernández Fernández Méndez de Andes y Carlos Poza L ar a señalan en el artículo de Economista­s, Deuda externa, posición de inversión internacio­nal y vulnerabil­idad financiera de la economía española, en la pág. 63: y es que «existe un vínculo excesivo con la deuda pública, lo que hace depender las sostenibil­idad de las finanzas públicas al crecimient­o económico futuro y a la capacidad de cumplir con los objetivos presupuest­arios», y «en relación con el crecimient­o, cada dato publicado no hace más que confirmar la desacelera­ción de la economía española». Los que se suministra­n en los debates presupuest­arios recientes indican que esa situación de auténtica amenaza, permanece. Surge, así, inestabili­dad política, que precisamen­te se ha analizado en relación con el fomento de crisis económica por Joan Hortalá, en su artículo «Las crisis económicas» en« Cuadernos de economía », septiembre-diciembre 2020. Conviene señalar esto, porque ya tuvimos un caospolíti­co semejante, el de 1921, que provocó que las medidas adoptadas por Cambó, desde el Ministerio de Hacienda, originaran que Maura tuviese que prescindir del consejo de Flores de Le mus y se diera lugar, por ello, a una coyuntura económica extraordin­aria mente negativa. Ha pasado un siglo de aquello y dala impresión de que la situación política nos vuelve a recordar lo sucedido entonces.

Por eso es preciso volver al artículo citado de Fernando Fernández Méndez de Andés y Carlos Poza para indicar que «la inestabili­dad política y la subordinac­ión de la política fiscal a los intereses electorale­s ha resultado en un nuevo incumplimi­ento de los objetivos de déficits» lo que además tiene consecuenc­ias, expuestas de manera clarísima respecto a la ayuda que pueda llegar del mundo comunitari­o, queamenaza­na hora mismo con claridad la llegada de la ayuda para aliviar el impacto de la pandemia. La ilusión que existía por parte de las autoridade­s en este sentido se muestra con toda claridad en el documento de la Subdirecci­ón General de Asuntos Económicos y Financiero­s del Ministerio de Comercio, titulado Marco financiero plurianual 2021-2027 y Plan de Recuperaci­ón para Europa pos-Covid19 que se publicó en el Boletín Económico de Informació­n Comercial Española, nº 3127.

Y cuando volvemos la vista atrás ycontempla­mos reacciones como consecuenc­ia de la deflación generada en torno a la crisis del 2008 se observa que, para reactivar no parecía existir resistenci­as a tensiones inflacioni­stas. Por eso ha hecho muy bien, una vez más, Hernández de Cos, Gobernador del Banco de España, en su comparecen­cia ante la Comisión para la Auditoria de la Calidad Democrátic­a, la Lucha contra la Corrupción y las Reformas Institucio­nales y Legales en el Congreso de los Diputados el 22 de diciembre de 2020, cuando precisamen­te sobre esa cuestión llamó la atención sobre el riesgo de que el «sesgo inflacioni­sta acabe siendo anticipado e incorporad­o en las exigencias de los agentes y, por tanto, en lafijación de precios yen la negociació­n de salarios. El resultado final es una inflación más alta sin mejoras persistent­es del nivel de producción y empleo de la economía». Es preciso recordar situacione­s anteriores y que la tentación puede ser muy fuerte, sobre todo porque no se ha señalado que se tiene en cuenta este riesgo. Y la tentación es grande porque ahora nos encontramo­s con que no solo tenemos una de las tasas de paro mayores del mundo, sino que éste aumenta. El inicio del 2021 no puede ser más preocupant­e.

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