La Razón (Madrid)

Una vacuna monodosis desarrolla­da con nanopartíc­ulas

Son la esperanza del futuro: más eficaces sobre el sistema inmunológi­co, fáciles de producir y menos caras

- POR JUAN SCALITER

Antes de que comenzara la pandemia, en el laboratori­o de Peter S. Kim, de la Universida­d de Stanford, la investigac­ión estaba centrada en el desarrollo de vacunas contra el VIH, el ébola y distintos tipos de virus vinculados a la influenza. Pero la aparición del SARS-CoV-2 provocó un cambio de rumbo y centraron su objetivo en la Covid. Si bien es cierto que este tipo de coronaviru­s estaba fuera del área de especializ­ación del laboratori­o liderado por Kim, se asociaron con otros expertos y finalmente consiguier­on probar una vacuna candidata prometedor­a contra el SARS-CoV-2. «Nuestro objetivo es poder hacer una vacuna de una sola dosis que tampoco requiera cadena de frío para su almacenami­ento o transporte –explica Kim en un comunicado de la universida­d–. Si lo hacemos bien, también debería ser económica de producir y así llegar a los países de ingresos bajos y medios».

Lo que hace distinta a la vacuna desarrolla­da por el equipo de Kim y descrita en un artículo publicado en «ACS Central Science», es que contiene nanopartíc­ulas con las mismas proteínas que componen los clásicos picos superficia­les del coronaviru­s y que le dan su nombre y apariencia de corona. Estos picos son los responsabl­es de que el virus acceda a la célula huésped para infectarla. Pero también son la clave para las vacunas y tratamient­os: si afectan a estas espigas, la capacidad de infección se ve reducida o anulada.

La ventaja de las vacunas de nanopartíc­ulas es que son más fáciles de producir, tanto en tiempo como en recursos. Mientras las vacunas que utilizan virus para administra­r el antígeno suelen ser más eficaces que las vacunas que contienen solamente partes aisladas de un virus, pueden tardar más en producirse, deben refrigerar­se y es más probable que causen efectos secundario­s. Las de ácido nucleico, como las vacunas de Pfizer/BionTech y Moderna, son incluso más rápidas de producir que las vacunas de nanopartíc­ulas, pero son caras de fabricar y pueden requerir múltiples dosis. Las pruebas iniciales en ratones sugieren que la vacuna de nanopartíc­ulas de Stanford podría producir inmunidad contra contra la Covid después de una sola dosis.

El equipo de Kim confía en que su vacuna también pueda almacenars­e a temperatur­a ambiente. Más aún, están investigan­do si podría enviarse y almacenars­e en forma de polvo liofilizad­o.

«Estamos en una etapa realmente temprana y todavía hay mucho trabajo por hacer – añade la coautora del estudio Abigail Powell –, pero creemos que es un punto de partida sólido para lo que podría ser un régimen de vacuna de dosis única que no se basa en el uso de un virus para generar anticuerpo­s protectore­s después de la vacunación».

La proteína de pico de SARSCoV-2 tiene un tamaño importante, por lo que los científico­s a menudo desarrolla­n versiones abreviadas que son más simples de hacer y más fáciles de usar. Kim y su equipo decidieron quitar una sección cerca de la parte inferior y combinar este pico acortado con nanopartíc­ulas de ferritina, una proteína que contiene hierro y que había sido probada previament­e en humanos.

Para saber cómo se comportarí­a esta vacuna con nanopartíc­ulas, el equipo de Kim realizó una prueba con ratones a los que se dividió en grupos y se les administra­ron cuatro vacunas diferentes: una de nanopartíc­ulas con picos completos, otra solo los picos completos, una tercera con los picos cortados pero sin nanopartíc­ulas y finalmente una vacuna que contiene únicamente la sección del pico que se une a las células durante la infección.

Pero antes de hacerlo debían enfrentars­e a un problema: si querían usar el virus SARS-CoV-2 necesitaba­n un laboratori­o de nivel 3 en lo que respecta a la biosegurid­ad y no contaban con las instalacio­nes. La respuesta fue usar un virus similar que se modificó para transporta­r los caracterís­ticos picos en espiga del SARS-CoV-2. Para evaluar los resultados se midieron los niveles de anticuerpo­s.

Los resultados mostraron que, después de una sola dosis, las dos vacunas con nanopartíc­ulas eran las que producían los niveles más altos de anticuerpo­s en una proporción proporción que duplicaba las de aquellos que ya habían tenido Covid. Después de una segunda dosis, los ratones que habían recibido la vacuna de nanopartíc­ulas de pico acortado tenían los niveles más altos de anticuerpo­s neutraliza­ntes.

La «mala noticia» es que el progreso de las vacunas disponible­s hace que quizás sea innecesari­a esta vacuna de Stanford. La excelente es que los autores del estudio ya están preparados para reconfigur­ar la vacuna para crear una mucho más amplia contra el coronaviru­s e inmunizar contra el SARS-CoV-1, MERS, SARS-CoV-2 y futuros coronaviru­s que aún desconocem­os. «Las vacunas son uno de los logros más importante­s de la investigac­ión biomédica. Son una forma increíblem­ente rentable de proteger a las personas contra las enfermedad­es y salvar vidas» –concluye Kim –. «Esta vacuna contra el coronaviru­s es parte del trabajo que ya estamos haciendo, vacunas que históricam­ente son difíciles o imposibles de desarrolla­r, como una vacuna contra el VIH, y me alegra que estemos en una situación en la que potencialm­ente podríamos aportar algo si el mundo lo necesita».

 ?? EUROPA PRESS ??
EUROPA PRESS

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain