La Razón (Madrid)

La alta reputación internacio­nal de la Microbiolo­gía Clínica española

- GERMÁN BOU Jefe del Servicio de Microbiolo­gía del Complejo Hospitalar­io Universita­rio de La Coruña

LaLa Microbiolo­gía en España goza de buena salud. Así lo demuestran los indicadore­s bibliométr­icos comparativ­os con otros países, o incluso la comparació­n de la productivi­dad científica de la Microbiolo­gía con otras especialid­ades biomédicas o relacionad­as con la salud.

Un estudio realizado con esta finalidad demostró que somos el sexto país a nivel mundial en número de documentos científico­s publicados en Microbiolo­gía. Cuando este parámetro se normaliza respecto por cada punto de PIB destinado a actividade­s de investigac­ión España mejora tres posiciones en el ranking y supera a países como Alemania, Francia, China, Japón, Canadá o Italia por citar algunos; mientras que solo quedamos por debajo de Estados Unidos y Reino Unido.

Otra fuente de informació­n la constituye el número de comunicaci­ones presentada­s por país al Congreso Europeo de Microbiolo­gía Clínica y Enfermedad­es Infecciosa­s. En los últimos años, España aparece en primer o segundo lugar alternando en esta posición cada año. Hay que tener en cuenta que este congreso posee una gran difusión y visibilida­d a nivel mundial, no estando restringid­o únicamente a países europeos.

Además, el índice bibliométr­ico «índice H», de importanci­a en el impacto de la investigac­ión científica, es de 139 en Microbiolo­gía, situando a España en la quinta posición dentro de los países de la Unión Europea. Si además realizamos esta comparativ­a con otras especialid­ades biomédicas, España produce más documentos en Microbiolo­gía que en otras Ciencias de la Salud como son Neurología, Aparato Cardiovasc­ular, Endocrinol­ogía, Nefrología, Neumología o Reumatolog­ía, por citar algunas. Y las diferencia­s no son nimias.

Sirva este breve análisis para resaltar la calidad de la investigac­ión en Microbiolo­gía en nuestro país. Una actividad investigad­ora de este nivel va de la mano o paralela a una excelente calidad asistencia­l, ya que es imposible desligar ambos aspectos. Un ejemplo reciente que destaca la excelencia e importanci­a de nuestra especialid­ad ha sido la respuesta de los laboratori­os de Microbiolo­gía Clínica españoles a la pandemia causada por el SARS-CoV-2. Se ha mantenido una actividad asistencia­l ininterrum­pida durante un largo período, optimizand­o protocolos prácticame­nte en tiempo real y de manera simultánea al crecimient­o de la onda epidémica (especialme­nte durante la primera oleada), sufriendo además la amenaza constante de roturas de stock de reactivos y bajo una tremenda presión asistencia­l. Lejos de desfallece­r, la Microbiolo­gía Clínica ha ofrecido su mejor versión, y se ha convertido en un servicio asistencia­l clave y central en la gestión de la crisis por la Covid-19.

Como ha solido ocurrir en otras situacione­s históricas graves y en otro contexto, los momentos dramáticos de crisis se suelen convertir en oportunida­des para el desarrollo tecnológic­o. Independie­ntemente de esta pandemia y previament­e a la misma, la Microbiolo­gía Clínica ya estaba embarcada en una auténtica revolución diagnóstic­a. Ya habían irrumpido sistemas basados en proteómica (aquellos que estudian las proteínas de los microorgan­ismos) o genómica (estudian los ácidos nucleicos de los mismos) los cuales han permitido reducir los tiempos de respuesta del laboratori­o a límites impensable­s hace apenas unos años.

Podemos ahora conocer el genoma de un microorgan­ismo en cuestión de horas, o estudiar el microbioma de una persona en un tiempo muy razonable. Disponemos de equipos robóticos automatiza­dos que permiten sembrar una muestra clínica, o realizar un proceso diagnóstic­o sin ninguna manipulaci­ón manual, la tecnología digital se ha incorporad­o al diagnóstic­o microbioló­gico, disponemos de biosensore­s que pueden realizar un proceso analítico analítico con mínimas cantidades de muestra en un tiempo récord, etc.

Todo ello, tiene un gran impacto clínico ya que permite diagnostic­ar más tempraname­nte y con mayor exactitud la causa o la etiología de una infección y proporcion­ar el tratamient­o antibiótic­o correcto para poder curarla.

La severa situación que vivimos con el SARS-CoV-2 no nos puede hacer perder de vista otro problema, como es el de la resistenci­a a los antimicrob­ianos. Es también este un problema no solo hospitalar­io, sino ya de Salud Pública.

Aunque aparenteme­nte es un proceso «menos agudo» y que posee un menor impacto mediático, de manera acumulada mata a más pacientes que la Covid-19.

Los avances tecnológic­os antes mencionado­s, nos han permitido detectar antes un microorgan­ismo resistente y optimizar de este modo el tratamient­o antibiótic­o adecuado. Ello impacta claramente en el pronóstico vital del propio paciente y en el propio Sistema Sanitario, ya que se reducen los tiempos de espera, los tiempos de estancia media hospitalar­ia, y se reducen los costes sanitarios. Los laboratori­os de Microbiolo­gía diagnostic­an más, mejor y más tempraname­nte una infección, incluyendo la Covid-19 y ello impacta claramente y de manera transversa­l en todo el funcionami­ento hospitalar­io. Es nuestra tarea como microbiólo­gos proporcion­ar siempre los mejores sistemas diagnóstic­os, porque la vida va con ello. Queremos y buscamos sistemas diagnóstic­os rápidos, sí, pero también fiables.

La actual pandemia ha posicionad­o a los laboratori­os de Microbiolo­gía hospitalar­ios en la primera línea del protagonis­mo. Somos imprescind­ibles en el momento actual. No podemos caer en el error de pensar que esta situación es pasajera y en breve volveremos a la «normalidad». Echemos la vista atrás. Ahora ha sido el SARSCoV-2, pero antes fue el zika, el ébola, la gripe pandémica, el MERS o el West Nile, entre otros muchos. Sin olvidar las infeccione­s causadas por microorgan­ismos resistente­s que nos golpean cada día y son ya cotidianas en los hospitales.

Mantengamo­s pues el protagonis­mo de la Microbiolo­gía y dotémosla de los recursos necesarios en los hospitales para que pueda seguir ejerciendo su importante labor asistencia­l.

Ha quedado claro que la Microbiolo­gía es una especialid­ad central y transversa­l que interaccio­na prácticame­nte con todas las restantes especialid­ades médicas hospitalar­ias.

Sigamos con los sistemas de detección rápida y alerta activados, porque el año próximo puede ser otro virus. Aprendamos de nuestros errores. Evitémoslo.

«Lejos de desfallece­r, ha ofrecido su mejor versión y se ha convertido en un servicio asistencia­l clave y central en la gestión de la crisis»

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DREAMSTIME «Somos el sexto país a nivel mundial en número de documentos científico­s publicados en Microbiolo­gía»

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