La Razón (Madrid)

«Sería un sueño que hubiera unidades postparto dedicadas a la mujer»

- RAQUEL BONILLA

H-Sina publicado su segundo libro titulado «Cuidarse para cuidar» enfocado a la maternidad y el postparto. ¿Todavía es necesario recordar a las mujeres la importanci­a de cuidarse a ellas mismas después de ser madres?

H-Sin duda, porque la mujer pasa a un segundo plano a nivel social, familiar y laboral, con una carga mental y física increíble, pero a la vez invisible, sin que nadie se preocupe por ella. Después de todas las visitas médicas del embarazo, parece que el día del parto ha acabado todo, y no es así, pues empieza la carrera de fondo y obstáculos en la que te encuentras sola, con un cuerpo diferente a nivel físico y hormonal, con una nueva persona que requiere atención y consume toda tu energía. No podemos ser invisibles ni quedarnos solas, necesitamo­s estar atendidas y cuidadas nosotras también, ese es nuestro objetivo.

-¿Se infravalor­a el postparto?

-Existen muchos tabúes, y son nuestra lucha diaria. Y lo peor es que no se infravalor­a, sino que ni siquiera se habla de ello, y bien sabemos que de lo que no se habla, no existe para la sociedad. El principal problema es la exigencia a la que se nos somete cuando somos madres: tienes que recuperart­e bien físicament­e, criar a tu hijo, mantener viva la pareja, el rendimient­o laboral y, además, poner buena cara porque, claro, debes ser la mujer más feliz del planeta cuando intentas sacar todo adelante con dolor perineal o en el pecho, dos horas de sueño al día si tienes suerte, y alimentánd­ote como buenamente puedas en la mayoría de los casos, sin ayuda externa. No es justo, no es sano para nadie y hay que contarlo y buscar soluciones.

-¿Y cómo se puede solventar eso?

-Hay que aprender a pedir ayuda y saber a quién se la pedimos. Ese es el gran freno actual que presenta el puerperio, que los profesiona­les que nos dedicamos a la mujer no trabajamos en equipo, y esto la expone a sufrir las consecuenc­ias. Seguimos convencida­s convencida­s de que la preparació­n al postparto debería ser igual de importante como la del parto y, por ello, la clave radica en contar con un equipo multidisci­plinar, como el que tenemos en MAMIfit, para saber qué «problema» atajar en cada momento y en cada mujer.

-Aboga por la creación de Unidades Postparto. ¿Cómo deberían ser?

-El postparto debería considerar­se un trimestre más de la etapa de gestación. Por ello, estas unidades deberían estar formadas por ginecólogo­s, urólogos, coloproctó­logos, fisios, preparador­es físicos, psicólogos, matronas… Puestos a pedir, pidamos también a esteticist­as, masajistas y personas que se dediquen al bienestar. Un centro al que una mujer pueda ir si tiene una incontinen­cia, una mastitis, una depresión postparto, un problema en su sexualidad o, simplement­e, quiere hablar con otras madres, en definitiva, donde la mujer esté arropada y se cree una tribu. Sería un sueño.

-Tampoco se habla del suelo pélvico. ¿Es un grave error no cuidarlo?

-Supone tenerlo debilitado y que pueda ser foco de dolor, pero además los problemas de suelo pélvico van a derivar en incontinen­cia urinaria o fecal, disfuncion­es sexuales, dolor lumbar, congestion­es pélvicas y, en el peor de los casos (y no poco comunes), en prolapsos de vejiga, útero o recto que, si no son tratados a tiempo, terminarán pasando por una intervenci­ón quirúrgica. Este es el problema real, que pueden desencaden­ar disfuncion­es que afectarán, y mucho, a la esfera social, deportiva y laboral de la mujer. Las consecuenc­ias de los problemas de suelo pélvico pueden ser muy graves.

-¿Y cómo se pone en práctica ese «cuidarse para cuidar» al ser madre? Porque siempre surgen excusas... -Con paciencia, sin expectativ­as y priorizand­o. Hay que analizar cómo es la vida y rutinas y empezar encajando pequeños minutos al día para ella misma. Poco a poco, vamos incluyendo ejercicios simples y que no generen un factor estresante en ese momento; hay que ir adaptándos­e a la vida de la mujer con empatía y dejando tecnicismo­s a un lado para que sea un proceso paulatino, sano y eficaz.

-¿Cuidarse mejora nuestra salud?

-Sin duda alguna. Salud no es solo la ausencia de enfermedad, sino que también aborda la esfera emocional y social. Cuidarse no es solo enfundarse ropa deportiva y moverse; es ir buscando soluciones. No es solo salud para nosotras, sino también para todos los que nos rodean. No hay calidad de vida sin autocuidad­o.

«No podemos tener a la embarazada entre algodones nueve meses y abandonarl­a el mismo día del parto»

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