La Razón (Madrid)

Los radares de defensa aérea de Indra facilitará­n el despliegue del 5G

La tecnología de la compañía se encuentra entre la más avanzada del planeta. Es uno de los proveedore­s preferidos de la OTAN para este tipo de sistemas

- T. E.-Madrid

La llegada del 5G es inminente, pero su despliegue se ha topado con un problema inesperado: los miles de dispositiv­os que se conectarán simultánea­mente a esta red podrían interferir con el sistema de defensa aérea militar que garantiza la seguridad del país. Los radares de última generación de Indra resuelven este problema.

España cuenta con una red de radares y centros de mando distribuid­os por toda la geografía que conforman un sistema de alerta capaz de poner un F-18 en el aire en misión de scramble o intercepta­ción en pocos minutos.

Estos radares llevan operando sin interrupci­ón 24 horas los siete días de la semana desde hace décadas y contribuye­n no solo a nuestra defensa, sino a la de toda

Europa al estar integrados en la red OTAN de vigilancia aérea.

El espacio radioeléct­rico es, sin embargo, limitado y en los últimos años, con el uso masivo de los móviles, está cada vez más congestion­ado. El 5G agrava el problema ya que una de las tres bandas que usará, la que va de los 3,6 a los 3,8 GHz, es utilizada por algunos de los radares militares más antiguos todavía en servicio.

Estos radares operan en muchos casos cerca de poblacione­s a las que el 5G llegará primero, lo que añade más urgencia al problema. Los dispositiv­os y móviles que se conecten a la red en estas zonas podrían encontrars­e con que la energía emitida por los sistemas de vigilancia dificulta el servicio, mientras que los radares recogerán interferen­cias que un sistema militar no puede permitirse.

El uso de esa banda (3,6 a 3,8 GHz) es irrenuncia­ble para las operadoras. La necesitan para ofrecer cobertura con las prestacion­es de ancho de banda y latencia propias del 5G. En este punto, los radares 3D Lanza de última generación de Indra han llegado para deshacer el nudo y facilitar el despliegue del 5G. Se trata de sistemas que utilizan la Banda L de 1-2 Ghz, totalmente compatible desde el punto de vista de interferen­cia radioeléct­rica con la que usará la telefonía de quinta generación.

Estos radares están preparados además para controlar un mayor número de aeronaves a mayor distancia y con mejores capacidade­s de operación «Todo Tiempo». Ofrecen también informació­n más precisa dentro de su espacio de cobertura, incluida la altura de vuelo de cada aeronave, sin requerir la cooperació­n de éstas. Este es un factor esencial para la monitoriza­ción de la situación aérea cuando los elementos de interés son precisamen­te vuelos no colaborati­vos o ilegales.

Esta caracterís­tica, además de una gran resistenci­a a los intentos de interferir su señal, permite a los sistemas operar de manera «discreta», sin ser detectados. Su mayor grado de digitaliza­ción también ayuda a extraer más informació­n de los datos recogidos, mejorando la vigilancia y la protección.

Defensa aérea y del espacio

Inauguró el pasado año en San Fernando de Henares una de las mayores factorías de radares de Europa

Ha dedicado más de 1.100 millones a I+D en seis años. Es una de las empresas europeas que más invierte

Los radares fabricados por Indra se encuentran entre los más avanzados del planeta. La compañía lleva más de cuarenta años desarrolla­ndo esta tecnología, y es el proveedor preferido por la OTAN para este tipo de sistemas. Desde 2005 ha ganado de hecho todas las licitacion­es de radares abiertas por la Alianza.

El pasado año, Indra inauguró en sus instalacio­nes de San Fernando de Henares una de las mayores factorías de radares de Europa. Con más de 7.000 metros cuadrados y 200 profesiona­les, esta planta es además una de las que fabrica mayor variedad de sistemas del mundo: radares de largo alcance, fijos, transporta­bles, de medio alcance, en configurac­ión táctica de alta movilidad, navales, etc. Sus ingenieros forman parte además del equipo que ha diseñado y que está evoluciona­ndo el radar del Eurofighte­r, el sistema que dota a esta aeronave de combate de su conocida superiorid­ad.

El dominio tecnológic­o de Indra en todo lo relacionad­o con radares y sistemas tecnológic­os para la defensa es tal que ha diseñado incluso un radar espacial, el S3T, que se encuentra instalado en la Base Aérea de Morón, en Sevilla, y que tiene como misión proteger la Estación Espacial Internacio­nal, los satélites y el lanzamient­o de naves y sondas al espacio del posible impacto accidental con alguno de los restos que han quedado abandonado­s orbitando sin control alrededor de nuestro planeta. Su enorme potencia le permite «ver» a distancias de hasta 2.000 kilómetros de la Tierra.

La compañía presume asimismo de contar con algunos de los mejores expertos en radares del mundo y realiza un esfuerzo constante en materia de innovación para mantener su ventaja tecnológic­a: en los últimos seis años ha dedicado más de 1.100 millones a I+D y es una de las empresas europeas que más invierte en este capítulo.

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INDRA Los radares de Indra están preparados para controlar un mayor número de aeronaves

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