EL PODER DEL AJO FERMENTADO
SeSe sabe que se utilizaba el ajo hace más de 5.000 años en Egipto, Grecia, China e India, entre otras civilizaciones. Además de sus aplicaciones preventivas, el ajo puede utilizarse con fines terapéuticos, ya que reduce la presión arterial y rebaja el índice de azúcar en la sangre.
Fermentar el ajo aumenta la concentración de componentes sulfurosos activos. El fresco es fermentado a mayor temperatura y humedad ambiental hasta 20 meses. La producción de compuestos sulfurosos forma parte del sistema defensivo natural del ajo y protege a la planta contra los patógenos. Estos insecticidas naturales también pueden ayudar a las defensas del cuerpo. El crecimiento de bacterias con gram positivo y con gram negativo se inhibe porque los compuestos sulfurosos del ajo reaccionan con enzimas bacterianas esenciales para el crecimiento del microorganismo. Por eso es un medio eficaz para reforzar las defensas.
Junto con la función antimicrobiana directa, el ajo ejerce una influencia positiva en el sistema inmunitario mediante su acción antioxidante. Además, influye en la actividad de las células inmunitarias, incluidos los macrófagos, los linfocitos y las células NK, y reduce la producción de eicosanoides proinflamatorios al inhibir la enzima ciclooxigenasa. La función terapéutica de la S-alilcisteína ha sido investigada en muchos estudios. El ajo fermentado, rico en S-alilcisteína, es adecuado contra la hipertensión, contra el efecto de la luz solar, para influir en la patogénesis y la progresión de la aterosclerosis, como apoyo de un microbioma sano, para contrarrestar el envejecimiento cognitivo, para contribuir a proteger el hígado o, contra virus y parásitos, entre otros. Además, lo investigan con enfermedades neurodegenerativas. Más información: 91 446 00 00 / info@mundonatural.net / www.parafarmaciamundonatural.es