«El hombre que mató a Liberty Valance», un glorioso John Ford
Después de publicar hasta un libro al respecto, no es de extrañar que el que fuera fiscal general del Estado y autoridad cinéfila donde las haya, Eduardo Torres-Dulce, elija para su recomendación el clásico entre los clásicos de John Ford: «El hombre que mató a Liberty Valance», de 1962. «Es una de mis favoritas, claro, pero no la prefiero solo por eso. Ha envejecido genial y sigue siendo una muestra de la época dorada de Hollywood. Es un ‘‘western’’ exy, exy, a la vez, una especie de testamento de toda la obra del propio John Ford, como una carta de amor y a la vez de despedida», explica el Magistrado.
Lo cierto es que muchos, al ver «El irlandés» de Scorsese, establecieron el mismo tipo de paralelismo, ya que lo que en la cinta más reciente representaban Joe Pesci, Al Pacino y Robert de Niro, en el clásico de Torres-Dulce lo encarnan John Wayne y James Stewart, como despidiéndose de una manera de hacer cine que saben que ya es imposible que
«Es un ‘‘western’’ excelente, pero también un testamento y una carta de amor a toda la obra de John Ford», explica Eduardo Torres-Dulce
vuelva. Ese último rodeo, para el también crítico, «tiene mucha verdad que sigue siendo actual, como cuando se mencionan los medios de comunicación». Y añade: «Trata de cómo se construye una comunidad desde la educacelente, ción, la ley y el orden y sobre cómo se necesita, quizá, un poco de violencia para construir comunidades en su origen». «Por si fuera poco», remata Torres-Dulce, «todo eso se entrelaza con el triángulo amoroso protagonizado por Vera Miles, lo que hace que la película sea redonda».
Nominada tan solo al mejor vestuario para una película en blanco y negro, «El hombre que mató a Liberty Valance» tiene precisamente en su gama de grises su mayor secreto: ante la negativa de Paramount a dotar de un mayor presupuesto al filme, por la edad de sus estrellas, Ford decidió prescindir del Technicolor imperante en la época y, de paso, ganar un grano genérico que hiciera parecer a Stewart y Wayne ligeramente más jóvenes de lo que eran en realidad.