Agradable Pasticcio Vivaldiano
CRÍTICA DE CLÁSICA
La partitura de esta ópera, que estaba perdida, ha sido puesta en pie por el clavecinista checo Ondrej Macek, quien en 2006 encontró parte de las arias y realizó a partir de ellas una trabajosa reconstrucción de la obra, que llegó a dirigir en Praga, donde había tenido lugar precisamente el estreno en una fecha no concretada de 1730. Cinco años más tarde el musicólogo Rashid-Sascha Pegah descubrió en Darmstadt la partitura completa que, como nos cuenta Pablo J. Vayón en sus clarificadoras notas al programa, identificó como un «pasticcio» (una suma de arias de diversa procedencia) de la ópera. La compilación parece no deberse a Vivaldi. El caso es que Bernardo Ticci realizó en 2019 una edición crítica bastante funcional, que hemos podido escuchar en esta ocasión. En ella, aparte las de Vivaldi, aparecen arias de Galeazzi, Pescetti, Hasse, Porpora, Fiorè y Vinci. Si no hemos contado mal, 19. Más dos coritos. En cualquier caso, dejando aparte la convencional trama de amores no correspondidos, engaños y equívocos, desarrollados en la corte de Tisifaro, el gran mogol, señor de las Indias Orientales, la música es en general muy bella, audible y agradable y da ocasión de lucimiento a voces y a orquesta. En esta oportunidad, además, hemos contado con un conjunto tan avezado, cohesionado, ejercitado y dominador de este tipo de repertorio como es Europa Galante (14 músicos en total), creado y dirigido por el inquieto, fantasioso y curioso Fabio Biondi, que sabe dar a este tipo de pentagramas la vida, el calor, los acentos, el colorido y la energía necesarias. Todo discurrió placente
«Argippo», de Vivaldi.
Fabio Biondi.
Vivica Genaux, Marie Lys, Giuseppina Bridelli, Delphine Galou. Universo Barroco CNDM. Madrid, 28-III-2021.
Dejando aparte la convencional trama de amores no correspondidos, la música es, en general, muy bella, audible y agrable
ramente durante dos horas, con los contrastes, el dinamismo y el grado preciso de contemplación cuando este era exigida; en un cercando tacto de codos con las cinco voces protagonistas. El personaje de Argippo fue cantado por Vivica Genaux, muy habitual entre nosotros. Como siempre, lució su timbre generoso de mezzo lírica, de color variable, que maneja con diabólica habilidad, sin problemas en las difíciles agilidades, con saltos «di sbalzo» colosales. Exhibe su habitual técnica de rápido silabeo y de exacta colocación a base de una sorprendente gimnasia facial. Lo dejó sentado ya en su primera aria, «Anche in mezzo a perigliosa» (nº 9), atribuida a Galeazzi, en la que mostró su bien asentado registro de pecho. Su enamorada, Osira, estuvo en la voz de Marie Lys, una soprano lírica de bellos reflejos, notable