ERC y JxCat retoman el contacto y siguen bloqueados
Esquerra traslada su propuesta de gobierno en solitario
Esquerra y JxCat reanudaron ayer el contacto tras la ruptura escenificada el sábado. El formato de la propia reunión y su convocatoria reflejó meridianamente el estado de las relaciones: se celebró de forma telemática y se fijó de forma improvisada y urgente por la mañana. De hecho, hasta el último momento, los posconvergentes, que guardaron ayer máximo secretismo, no confirmaron si acudirían y no participaron todos los miembros de su equipo habitual de negociadores –no estuvo, por ejemplo, Elsa Artadi, una voz de mucho peso–.
El encuentro, en todo caso, se alargó un par de horas y sirvió para que Esquerra trasladara su intención de formar un gobierno en solitario durante el inicio de legislatura. La reunión escenficó el estancamiento que atraviesan las negociaciones: JxCat se desdijo de su propuesta transmitida el pasado 7 de abril de ofrecer cuatro diputados gratis a Aragonès para que formara un gobierno en solitario con el apoyo de CUP y Comunes y planteó de nuevo la «urgencia» de retomar las conversaciones para formar un gobierno de coalición. El encuentro de ayer apenas trató nada más que la propuesta de Esquerra de gobierno en solitario: de forma muy tangencial se abordaron otras cuestiones, como el Consell per la República.
Los republicanos se mantienen en su planteamiento de gobierno en solitario y son muy escépticos sobre retomar las negociaciones para una coalición porque creen que si en 83 días no ha sido posible, tampoco va a ser factible en los 14 días que quedan. En todo caso, sí abrirían la puerta si fuera para sellar un acuerdo directamente, pero lo ven poco probable. De momento, no hay ningún encuentro pendiente más entre ambas formaciones. JxCat ha usado hasta ahora la táctica del acordeón: dar dos pasos hacia adelante para dar luego tres hacia atrás. Cada vez que ha habido avances durante las negociaciones desde que se pusieran en marcha tras la cita electoral del 14 de febrero, los posconvergentes han acabado dando al traste cone ellos. La máxima expresión de todo ello fue el pasado 1 de mayo, que tenían casi firmado el acuerdo y el partido de Carles Puigdemont se acabó echando atrás. En todo esto también juega un papel importante las divisiones internas de JxCat, que tiene sectores muy proclives a poner las cosas difíciles y tantean la posibilidad de ir a elecciones y otros que mantienen su apuesta por mantener el poder en la Generalitat.
Esquerra mantuvo su segundo encuentro con los Comunes, aunque tampoco tendrá un camino sencillo para atar un acuerdo. Aunque hay fluidez en las conversaciones y Podemos tiene intención de ser claro y tejer un acuerdo rápido –ilustran su capacidad de entendimiento con el ejemplo del acuerdo de Gobierno con Pedro Sánchez que lograron en 48 horas–, también es cierto que los morados han impuesto dos exigencias sensibles: quieren enttrar en el Govern y quieren enviar a JxCat a la oposición. Esquerra rechaza dar entrada a Podemos en el ejecutivo porque eso sería allanar el «no» de JxCat a la investidura de Aragonès y también tendrá difícil desvincular del todo a los posconvergentes de la legislatura porque los de Puigdemont siguen siendo determinantes para desbloquear la actual parálisis.