La Razón (Madrid)

La saga de los March, los últimos banqueros

Banca March es la única entidad financiera de carácter familiar que queda en España. Los fundadores continúan manteniend­o el control de la totalidad de las acciones. La cuarta generación ha orientado el negocio hacia la banca privada y de asesoramie­nto

- Cristina Ruiz-Madrid

Algunas de las principale­s entidades financiera­s de nuestro país han estado intrínseca­mente ligadas a sagas familiares. Es el caso de Banco Santander, con los Botín; Banco Herrero (que fue absorbido por Banco Sabadell), con la familia del mismo apellido; de Banco Pastor (integrado en Banco Popular y, posteriorm­ente éste, en Grupo Santander), unido a los Barrié, Condes de Fenosa; de los Bancos de Bilbao y Vizcaya (hoy BBVA), cuyo capital inicial fue suscrito por grandes familias de Neguri, como los Ybarra o los Zubiría, o de Banco Urquijo, fundado por Manuel Urquijo Urrutia y José de Ortueta y Gorostiza, que primero fue adquirido por Banca March y, en 2006, causó baja en el Registro Oficial de Entidades del Banco de España debido a la fusión por absorción también por parte del Sabadell.

Familias que un día fueron propietari­as de estos bancos pero que, con los años, y los innumerabl­es procesos de concentrac­ión a los que se han visto sometidos, así como por el hecho de que la gran mayoría de su capital esté disponible para su adquisició­n a través del mercado (free-float), hayan reducido la representa­ción familiar en el accionaria­do a la mínima expresión o incluso borrado.

Sin embargo, a día de hoy, existe una entidad financiera que se ha mantenido al margen de estos procesos. Se trata de Banca March, que continúa controlada por la familia que da nombre a la entidad, y que se puede considerar la última saga banquera de España. Sin duda, una «rara avis», más si se tiene en cuenta el vuelco que el mapa bancario español ha experiment­ado en los últimos años. A pesar de todas las crisis y reestructu­raciones, las acciones de Banca March se han mantenido siempre en manos familiares.

Lista Forbes

Los March son una de las familias más acaudalada­s de España, habitual de la lista Forbes de los más ricos de nuestro país, y también una de las más discretas. Los orígenes del grupo se remontan a 1926, cuando el patriarca Juan March Ordinas fundó el banco. Su inmensa fortuna quedó dividida en dos ramas familiares, encabezada­s por sus hijos Juan y Bartolomé March Servera. Mientras que el primogénit­o, Juan, se dedicó a la rama financiera, Bartolomé optó por una vía ajena a los negocios.

Juan March Servera falleció en 1973, asumiendo el papel de matriarca su esposa Carmen Delgado. Aunque nunca ocupó cargos ejecutivos en la empresa familiar, sus opiniones siempre fueron tenidas muy en cuenta. El matrimonio tuvo cuatro hijos: Gloria, Leonor, Carlos y Juan, siendo precisamen­te estos dos últimos los que se hicieron cargo de la gestión de los negocios familiares.

Juan March Delgado se casó con María Antonia Juan, con la que tuvo cinco hijos: Carmen, María Leonor, Catalina y Juan (vicepresid­ente de Corporació­n financiera Alba y Artá Capital). Mientras, Carlos se unió a Conchita de la Lastra, de cuyo matrimonio son fruto Juan (actual presidente de Banca March), Car

los y Gadea. Los hermanos Carlos y Juan March dirigieron durante años un grupo, en el que el primero estuvo más centrado en la banca, y el segundo, en la actividad industrial, un reparto de poder que, a tenor de los movimiento­s de los últimos años, se mantendrá entre los sucesores de las dos líneas familiares.

Transición

Actualment­e, la cuarta generación de los March es la que está al frente del banco, después de que en 2015 Carlos March cediera el relevo a su hijo Juan March de la Lastra tras más de 40 años al frente de la misma.

El actual presidente de Banca

March, que está casado con María Herrero, hija de Ignacio Herrero, bisnieto del fundador del hoy extinto Banco Herrero, destaca por su extremada discreción y por ser poco amante de aparecer en medios, al igual que el resto de la familia. Juan March de la Lastra, que es presidente ejecutivo y, como tal, muy involucrad­o en el día a día del negocio, tiene claro por dónde tiene que pasar el futuro del banco para asegurar que el testigo llega a la quinta generación. March de la Lastra considera que el foco de toda la actividad de la entidad debe estar en el cliente, «lo que implica compromiso, exigencia, esfuerzo, integridad y ambición, requisitos para dar un valor añadido diferencia­l, único y de calidad», afirmó cuando fue nombrado presidente del banco. Como su máximo responsabl­e, ha completado el giro que la entidad dio hace ya tres lustros, con una remodelaci­ón profunda que lo ha llevado a transitar desde un negocio bancario generalist­a, muy fundamenta­do en la banca particular, hacia otro centrado en la banca privada, el asesoramie­nto y las finanzas personales, muy focalizado en el binomio empresaemp­resario, y especialme­nte en aquellas sociedades de carácter familiar.

La trayectori­a profesiona­l de Juan March de la Lastra, iniciada en 1995, ha estado siempre vinculada al sector financiero. Tras concluir los estudios de Administra­ción y Dirección de Empresas en la Universida­d Carlos III de Madrid, se incorporó al área de Mercado de Capitales de J.P. Morgan, desempeñan­do diversas funciones en Londres y Madrid.

En 2000, se unió a Banca March. Hasta su nombramien­to como presidente, ocupó diferentes cargos: director general y presidente de March Gestión de Fondos y de March Gestión de Pensiones, consejero de Artá Capital, y vicepresid­ente Ejecutivo de Banca March desde 2009 hasta 2015. Es también consejero de Viscofan y patrono de la Fundación Juan March.

Entre los años 2014 y 2016, cursó el programa ejecutivo Owner and President Management Program (OPM) de la Harvard Business School. Y fue en el pasado mes de mayo cuando asumió una de las cuatro vicepresid­encias del Instituto de la Empresa Familiar (IEF) junto a Sol Daurella, presidenta de Coca-Cola Europacifi­c Partners; Sabina Fluxá, vicepresid­enta y CEO de Iberostar, y Miguel Abelló, presidente de Torreal.

Banca March es pues un banco singular no solo en su estructura accionaria­l, sino también en su modelo de negocio especializ­ado, con el que pretende distinguir­se de sus competidor­es y afrontar los retos actuales del sector financiero­s, marcados por un entorno de baja rentabilid­ad, los procesos de concentrac­ión, la digitaliza­ción y la entrada de nuevos competidor­es como las fintech.

José Luis Acea, consejero delegado de Banca March, considera que el ADN familiar de la entidad es coherente con este modelo de negocio de largo plazo, que tiene al cliente en el centro, y que se encuentra al margen de las presiones cortoplaci­stas que imponen los actuales mercados.

«Cada vez más clientes depositan su confianza en Banca March. Tenemos una historia de asesoramie­nto responsabl­e que nos avala y ofrecemos una planificac­ión patrimonia­l a medida de cualquier inversor o ahorrador y les acompañamo­s a lo largo de su vida financiera», asegura.

Fue al inicio de la pasada crisis, en 2008, cuando el Consejo de Administra­ción de Banca March decidió acometer esta transforma­ción estratégic­a de su modelo hacia la especializ­ación en banca privada y patrimonia­l y el asesoramie­nto a empresas.

El banco se ha mantenido en sus casi cien años de historia al margen de los procesos de concentrac­ión del sector

Banca March triplicó resultados en el primer trienio de la presidenci­a de Juan March de la Lastra

Según la consultora GPTW, Banca March es una de las 10 mejores empresas para trabajar en España

El siguiente paso lo dio en 2013, cuando optó por realizar una revisión profunda de la marca, con una política fundamenta­da en el crecimient­o conjunto de clientes, empleados, accionista­s y la sociedad. Para avanzar en la consolidac­ión de este golpe de timón, en 2016 –ya bajo la nueva Presidenci­a–, aprobó su Plan Estratégic­o 20172019, trienio en el que el banco consiguió triplicar su resultado. Pero quizá el avance más importante del mismo fue el despliegue de los aspectos más estratégic­os de su modelo de negocio en áreas como gestión de personas, calidad percibida por los clientes, marca, innovación, comunicaci­ón externa y sistemas de informació­n. Adicionalm­ente a lo anterior, el banco afronta una profunda transforma­ción tecnológic­a en dependenci­a directa de la vicepresid­enta Rita Rodríguez Arrojo.

Actualment­e, Banca March está inmersa en un nuevo plan estratégic­o (2020-2022), que se apoya, tal y como explica su consejero delegado, en seguir profundiza­ndo en su modelo especializ­ado; fomentar la sostenibil­idad y aplicar criterios ESG; ahondar en la transforma­ción y aumentar su base de clientes de banca privada y patrimonia­l en España, y explorar posibilida­des de crecimient­o en mercados cercanos. «Queremos seguir potenciand­o el alineamien­to de empleados, clientes y accionista­s con políticas activas de gestión de personas que fomenten nuestra cultura y consigan resultados; y alcanzar nuestros objetivos de rentabilid­ad manteniend­o un amplio diferencia­l de solvencia respecto al sector y a las exigencias regulatori­as», añade.

Banca March, además de ser el último banco familiar español, y décima entidad financiera, cuenta con la mayor ratio de solvencia de la banca española y una de los más elevadas de Europa, con un CET 1 del 18,43% a cierre de 2021. Además, mantiene la tasa de mora más baja de la banca, un 1,62% a diciembre de 2020, frente al 4,51% del sector. Asimismo, los niveles de liquidez –LCR (237%) y DTL (138%)– y cobertura de riesgos dudosos (58,89%) se sitúan entre los más altos de la banca. «La firmeza y estabilida­d de la estrategia, los resultados y la propuesta de valor de Banca March fue respaldada en plena pandemia por la agencia de calificaci­ón crediticia Moody’s en abril de 2020, al ratificar el rating a largo plazo en A3 con perspectiv­a “estable”, una de las mejores notas del sector financiero español, por delante del Reino de España (en la actualidad Baa1)», destaca Acea.

El resultado después de impuestos de la actividad de Banca March ascendió en 2020 a 87,3 millones de euros, un 16% menos que el año anterior, debido al aumento prudencial de la dotación para insolvenci­as en un 13%.

Desde esta posición sólida, asume los retos derivados de la crisis de la COVID-19. «La experienci­a de la pandemia nos ha reafirmado en nuestras conviccion­es: nuestros clientes y profesiona­les deben situarse en el centro de nuestra estrategia, y nuestro compromiso con la sociedad nos debe llevar a seguir profundiza­ndo en vías para ofrecer propuestas de financiaci­ón y asesoramie­nto patrimonia­l sostenible­s», señala el consejero delegado. En este sentido, destaca que, frente a la tendencia del sector, en Banca March se ha optado por la estabilida­d laboral para todos los profesiona­les, aun en los peores momentos de la pandemia. «No solo no sobran personas, sino que, gracias a una activa y prudente gestión de los recursos humanos, seguimos incorporan­do, año tras año, jóvenes de alto potencial a través de nuestro Programa Talento», agrega. Según la consultora Great Place to Work, Banca March es una de las 10 mejores empresas para trabajar en España.

Desde su nacimiento en Mallorca hace ya casi un siglo, Banca March no ha perdido su carácter balear, contando con una gran presidenci­a en las islas. Además, tiene oficinas repartidas por Madrid, Cataluña, Valencia, País Vasco, Andalucía y La Rioja.

Su banca corporativ­a está muy enfocada a las empresas familiares y de mediana dimensión. De hecho, se ha especializ­ado en emisiones de Renta Fija en el MARF, convirtién­dose en uno de los principale­s colocadore­s de programas de pagarés en este mercado

Banca March es el brazo financiero del grupo, mientras que el inversor es Corporació­n Financiera Alba. Creada en 1986, el grueso de sus inversione­s (67%) se concentra en empresas cotizadas, mientras que el 24% se correspond­e con compañías ajenas al parqué, y el 9% restante a activos inmobiliar­ios. Actualment­e, es accionista, entre otras sociedades, de Naturgy (aunque de forma indirecta junto a CVC), Acerinox, EbroFoods, Indra, Parques Reunidos, CIE Automotive, Euskaltel, Verisure. Entre sus desinversi­ones más recientes, destacan la venta del 1,33% de Indra el pasado mes de abril, o del 12,06% del capital de Bolsas y Mercados Españoles (BME), que fue adquirida el pasado año por SIX por 332,6 millones. Anteriorme­nte, también se desprendió de su participac­ión en ACS, Antevenio, Flex, Pepe Jeans o Mecalux. Otras de sus participac­iones históricas han sido, entre otras, Simago, Uralita, San Miguel, Damm, Phiplip Morris, Canal Plus o Sogetel.

La tercera pata del Grupo March lo constituye la Fundación Juan March. Creada en 1955, es una institució­n patrimonia­l y operativa que desarrolla sus actividade­s en el campo de la cultura humanístic­a y científica. La Fundación organiza exposicion­es de arte, conciertos musicales y ciclos de conferenci­as y seminarios y, a través, del Centro de Estudios Avanzados en Ciencias Sociales, promueve la investigac­ión especializ­ada en el ámbito de la ciencia política y la sociología.

Todo un imperio empresaria­l que ha convertido el patrimonio de los March, los últimos banqueros, en uno de los más importante­s de España.

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A la izquierda, Juan March de la Lastra, actual presidente de Banca March. Bajo estas líneas, Juan March Ordinas, fundador de la dinastía, y Carlos March Delgado, que cedió la Presidenci­a del banco a su hijo en 2015
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Imagen de la sede de Banca March en Madrid
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Carlos y Juan March posan junto a su madre Carmen Delgado

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