UN VERANO «SIN BAÑO»
HaceHace calor y en Madrid no hay playa. Hay ríos y pantanos, embalses y presas, rincones que se le parecen donde, cada verano, quienes no pueden escaparse a la costa, matan las ganas de un buen chapuzón. Pero este año no: el baño sigue prohibido en las aguas interiores de la Comunidad.
No importan las alertas por temperaturas que rozan los 40 grados ni que las previsiones meteorológicas anuncien ya un mes de agosto de récord, lo que sigue primando es la seguridad frente a la covid.
Así lo viene informando reiteradamente el Gobierno regional, que tomó esta decisión ante la imposibilidad de cumplir con todas las medidas de prevención establecidas para hacer frente a la crisis sanitaria. Esto quiere decir que, este verano, no habrá toalla y bañador en la playa del Alberche en Aldea del Fresno ni en los Villares del Tajo en Estremera, tampoco en El Muro en Pelayos de la Presa ni en las Presillas del río Lozoya en Rascafría; por supuesto, nada de refrescarse en el río Manzanares a su paso por La Pedriza, dentro del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama.
Sola hay una excepción: la playa fluvial Virgen de la Nueva, ubicada en el Pantano de San Juan, en San Martín de Valdeiglesias; la playa de Madrid con mayúsculas, la única de toda la región distinguida con la Bandera Azul que concede la Fundación Europea de Educación Ambiental. Y por el mismo motivo que puede presumir de este reconocimiento, puede acoger a los bañistas al cumplir con todas las recomendaciones higiénico-sanitarias fijadas por las autoridades. De hecho, hay que madrugar para clavar la sombrilla, porque hay un aforo restringido que, durante los fines de semana, se queda muy por debajo de las expectativas de los acalorados madrileños y madrileñas.
La otra opción para los que se queden sin sitio, es apostar por los deportes acuáticos. En el embalse del Atazar, situado en Cervera de Buitrago, un municipio que se encuentra a 80 kilómetros de la capital, el baño ya estaba prohibido antes de que llegara el virus. Sin embargo, sí se pueden practicar aquí varios deportes como el surf de remo, el piragüismo o, incluso, vela de crucero.
Construido en 1972, el Embalse del Atazar es el más grande e impresionante de la Comunidad y, como parte de la red del Canal de Isabel II, de donde procede el agua que consumen muchos madrileños. Se nutre del río Lozoya y, con una capacidad de más de 425 hectómetros cúbicos, representa el 46% del volumen embalsado de la región. Con razón, es conocido comúnmente como «el mar de Madrid».
En fin, que este verano de temperaturas de cambio climático y medidas de crisis pandémica, todo queda entre la «playa» y el «mar», entre comillas.
Esta temporada está prohibido el baño en ríos, lagos y pozas, excepto en la playa Virgen de la Nueva