El Congreso de EE UU da luz verde a la extensión de la deuda
► El aumento de 480.000 millones de dólares caduca a principios del mes de diciembre
La Cámara de Representantes aprobó la extensión de 480.000 millones de dólares de la deuda pública de Estados Unidos hasta el 3 de diciembre de este año. Esto le permitirá al Gobierno de Joe Biden cumplir sus obligaciones financieras como los pagos a la deuda, las prestaciones sociales a los militares y los créditos fiscales, entre otros asuntos. Al cierre de esta edición el presidente demócrata no había firmado la ley.
En menos de dos meses demócratas y republicanos en el Congreso de Estados Unidos tendrán que aprobar nuevamente una extensión o suspensión de la deuda para evitar el impago o «default» financiero. Fecha límite que se junta con la aprobación del presupuesto general para evitar un cierre de Gobierno federal. Es decir, en medio de la polarización política y en el marco del receso por las vacaciones de Acción de Gracias, el Congreso tendrá que evitar un «default» y un «shutdown» (un cierre de gobierno, en español) por falta de fondos para operar.
A este respecto, Mitch McConnell, líder de la minoría republicana en el Senado, avisó la semana pasada al presidente estadounidense en una carta que la negociación no iba a ser fácil. «No seré parte de ningún esfuerzo futuro para mitigar las consecuencias de la mala gestión demócrata», escribió. McConnell agregó que los demócratas ahora tienen el tiempo que dijeron que les faltaba para abordar el techo de la deuda y «no pueden inventar otra crisis y pedir mi ayuda». Una posición que obligaría a los demócratas a optar por el proceso de reconciliación que les permite aprobar algunas leyes con solo una mayoría simple de 51 votos (mayoría que ya tienen), protegiéndolos del «filibuster», un umbral de los 60 votos que exigen los republicanos para obstruir su aprobación en el Senado. Los demócratas que no quieren usar la opción de reconciliación porque la están usando para aprobar el Plan Social se mostraron optimistas en lograr un acuerdo bipartidista antes del próximo 3 de diciembre. Así lo manifestó Nancy Pelosi, presidente de la Cámara de Representantes, quien advirtió que de no lograrlo Estados Unidos perdería 6 millones de trabajos, 15 billones de dólares en ingresos y la economía podría retroceder un 4% del PIB. Un golpe que el país no se puede permitir después de haber logrado recuperarse del hundimiento que produjo la pandemia del coronavirus.
«La validez de la deuda pública de Estados Unidos no debería ponerse en cuestión», afirmó Pelosi en su rueda de prensa semanal y tampoco descartó la opción de que el Departamento del Tesoro por decisión de su secretaria, Janet Yellen, levante el techo de la deuda para evitar mayores consecuencias económicas para Estados Unidos y el mundo. En ese caso, el Partido Republicano perdería la opción de bloquear la medida porque no tiene la mayoría par hacerlo.
Hay que mencionar que muchas de las obligaciones financieras que hoy tienen copado el límite de la deuda en Estados Unidos se incurrieron durante la última Administración del republicano Donald Trump a raíz de los sobresaltos de la pandemia. La aprobación del techo de deuda es por tanto una buena noticia para Estados Unidos y para el resto de economías desarrolladas, pero el alivio no es más que momentáneo. El contador se ha puesto ya en marcha para evitar otra negociación bipartidista al filo de la navaja.