«Sánchez parece un empleado de las eléctricas»
Andrés Manuel López Obrador
PuesPues parece que va a ser cierto aquello de que en «México se piensa mucho en ti» o, por lo menos, su presidente no deja de sacar a colación a España y sus cosas cada vez que le ponen un micrófono en la boca, que es siempre. La última ha sido advertir a sus ciudadanos de que o le compran su proyecto de reforma del sistema eléctrico o acabarán como los españoles, con la luz por las nubes y sin calefacción en el duro invierno. AMLO lo que quiere es reforzar el control estatal de la electricidad, que para eso somos rojos, y ha dicho que en el gobierno español parecen empleados de las compañías eléctricas. Se sabía, incluso, lo de Carmona, y le ha ido al pelo para el argumentario. El problema, sin embargo, y alguien debería explicárselo al mandatario mexicano, no es que Pedro Sánchez y sus ministros parezcan empleados de las eléctricas, no, sino que les ha tocado la china con las normativas medio ambientales de la Unión Europea, que, por las trazas, pretende congelar ella sola el mundo, y no hay manera de producir energía a bajo precio. Por lo menos, de momento, que ya se le están poniendo a las centrales de carbón y a las nucleares unas piernas de lo más atractivas. En fin, que estas cosas a nuestro presidente mexicano le importan poco. Las tres cuartas partes de la producción eléctrica de México procede de fuentes no renovables, de esas que echan mucho CO2 a la atmósfera y que obligan a pagar derechos de emisión, y no parece que la situación vaya a cambiar en mucho tiempo, que Dios les ha dado petróleo para aburrir. Ahora bien, un día podríamos repetir la operación de cobro de deudas que se hizo con Santa Ana y pasarle la factura del CO2. Entonces habría que oírle.