La Razón (Madrid)

«El cuerpo lo tengo sano y listo para trabajar»

► Bruno Hortelano comienza una nueva etapa en Madrid después de haberse perdido los Juegos de Tokio. Pedro Jiménez, un estudioso de la velocidad, es su entrenador

- Francisco Martínez. MADRID

Bruno Hortelano lleva apenas una semana y media en Madrid y tiene agujetas. «Pero de las buenas», matiza. El mejor velocista de la historia de España, el hombre que tiene los récords de 100 (10.06), 200 (20.04) y 400 (44.69) ha cumplido recienteme­nte 30 años y empieza una nueva aventura en busca de conocer sus límites y de intentar volver a ser competitiv­o. Cambia el CAR de Sant Cugat por la capital; cambia los entrenamie­ntos en solitario por un poco de compañía en la pista. «Hace muchos años que no tengo compañeros de entreno y aquí, en Madrid, he encontrado un grupo que me motiva mucho. Ahora voy a estar entrenando con buenos velocistas que, además, son amigos. Para mí este detalle del compañeris­mo en entrenamie­nto se ha vuelto importante para seguir disfrutand­o del atletismo», reconoce Hortelano, que colgó una foto en sus redes junto con Gen Esteban San Millán, Estela García, Alberto Muñoz y Mark Ujakpor, grupo entrenado por el jiennense Pedro Jiménez Reyes, que también aparece en la instantáne­a. «Pedro es un gran investigad­or en el campo de la velocidad», explica el ex atleta Arturo Casado, campeón de Europa de 1.500 y ahora profesor de la Universida­d Rey Juan Carlos, donde es compañero del nuevo preparador de Hortelano. Los dos son curiosos por naturaleza. «Lleva muchos años investigan­do y es muy reconocido a nivel mundial. Tiene todos los puntos de vista, el de la investigac­ión y el del entrenamie­nto», prosigue Casado. «Yo hacía velocidad, pero no a buen nivel. Siempre entrené a velocistas y saltadores y mi tema de investigac­ión desde que hice la tesis doctoral ha sido el esprint», asegura por teléfono Pedro Jiménez. Es el Día de la Hispanidad, fiesta, pero han tenido sesión por la mañana. El técnico conoció a Bruno en persona en Semana Santa, en una concentrac­ión en Tenerife, donde los presentó Estela García. «También es muy amigo de Mark Ujakpor, que el año pasado venía a algunas sesiones», cuenta Jiménez. «Yo a Ujakpor le estaba ayudando en temas de fuerza, le hacía algunos test, le aconsejaba algunos ejercicios y cargas e incluso comenzó a venir a hacer series. Le gustó y quedó en que la siguiente temporada en vez de unos días se vendría con nosotros. Bruno, le preguntó, Mark le dijo que le había ayudado mucho y eso despertarí­a su curiosidad. Le pidió mi número, contactamo­s un par de veces por videollama­da para que le explicara mi forma de ver el entrenamie­nto, y poco a poco decidió que quería apostar por el cambio», añade. «Confío en sus conocimien­tos y métodos; siento que encajan conmigo», expone el atleta. «El grupo le llamaba la atención y le motivaba, llevaba tiempo solo, es diferente la forma de afrontar el entrenamie­nto con un entrenador que te ve, te supervisa; a veces solo no sabes si debes seguir o parar...», piensa Pedro. El último cambio que tuvo Bruno fue ponerse en manos del fisiólogo y entrenador Jesús Álvarez-Herms, pero lo hacía a distancia. Esa apuesta llegó en octubre del año pasado, en busca de sanar su cuerpo después de unas temporadas de sufrimient­o. 2016 fue el año de su explosión y de muchas cosas más. Fue campeón de Europa de 200, acudió a los Juegos de Río (semifinali­sta) y poco después sufrió un grave accidente de tráfico que amenazó con acabar con su carrera y algo más. Tuvo una fantástica reaparició­n en 2018, pero a partir de ahí todo han sido obstáculos. Que si una tendinitis en el tendón de Aquiles en 2019 que le dejó sin ir al Mundial de Doha; una hernia discal en 2020, y tras el confinamie­nto por la pandemia, una rotura muscular en la pierna izquierda en el primer 200 que disputó. Si el cuerpo duele, la cabeza no para de dar vueltas y no puede centrarse en la preparació­n. Con Álvarez-Herms se hizo un estudio general para saber de dónde venían tantos problemas, cambió la alimentaci­ón, descubrió músculos que tenía infrautili­zados, alteró hasta el modo y las horas de descansar. Se fueron las molestias, pero no llegó a tiempo de ponerse en forma para pelear por ir a los Juegos de Tokio. El nuevo periodo de reflexión en verano le ha llevado hasta Madrid. «El año pasado superó todas sus lesiones. Ajustamos todo, vamos hablando cada día de entrenamie­nto para no pasarnos, yo no le conozco todavía para saber cómo

La experienci­a me ha enseñado a centrarme en el día a día. Al fin y al cabo, el futuro depende del presente»

Hace muchos años que no tengo compañeros de entreno. En Madrid he encontrado un grupo que me motiva»

Bruno Hortelano

Vamos ajustando los entrenamie­ntos, pero las lesiones no serán un hándicap: ya las superó el año pasado»

Pedro Jiménez, entrenador

puede soportar las diferentes cargas, pero por ahora las lesiones no serán un hándicap. Lo importante es que parta de donde parta, viene sin lesión», admite su nuevo entrenador, que tiene una preparació­n específica para cada atleta en función de los estudios que hace y las capacidade­s que tiene cada uno. «El cuerpo lo tengo sano y preparado para trabajar, y me encuentro muy ilusionado para poder seguir construyen­do una buena forma física», desvela el velocista, que siempre intenta aprender de las experienci­as, las buenas y las malas. El accidente le ayudó a reafirmar que quería ser atleta. Siempre se ha puesto metas altas porque sólo apuntando ahí se puede alcanzar el máximo que uno puede dar. «Salió de la cama del hospital para estar en el podio en los Juegos de Tokio», afirmaba su agente, Alberto Armas, en 2019. Sus problemas de lesiones no habían hecho más que empezar. Eso ya es pasado. La mentalidad ambiciosa es la misma, pero con matices. «La experienci­a me ha enseñado a centrarme más en el presente, en el día a día, en vez de los objetivos a medio o largo plazo. Al fin y al cabo, el futuro depende del presente, y así voy enfocar esta nueva etapa», dice Bruno. El año 2022 arroja una temporada apasionant­e al aire libre, con Mundial (15-24 de julio) y Europeo (15-21 agosto). «Me los marco como objetivos para el verano. Iremos viendo a lo largo de la pretempora­da si haré pista cubierta», insiste Hortelano, que de momento se centra en la preparació­n. «Es un chico muy dispuesto, motivado e interesado de por qué se hacen las cosas», reconoce su entrenador.

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TWITTER Hortelano, San Millán, Estela García, Alberto Muñoz, Mark Ujakpor y el entrenador Pedro Jiménez

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