Marlaska, rescatado para el 40º Congreso
El PSOE se viste de largo este fin de semana para celebrar su 40º Congreso Federal en Valencia. Un cónclave interno que fijará la estrategia del partido y que abrirá la reunión de su Consejo de Política Federal. En las mesas redondas posteriores, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha desplegado a todos los barones territoriales y ha movilizado a la parte socialista del Gabinete, a excepción de la titular de Defensa, Margarita Robles, que será la única ministra que no participará activamente en el cónclave. Llama la atención la asistencia del titular de Interior, Fernando Grande-Marlaska, que, ante la falta de encaje en los debates que se han agendado durante las 48 horas congresuales, se le ha buscado acomodo en una breve charla de 15 minutos con la Juventudes Socialistas. Grande-Marlaska es uno de los perfiles más controvertidos del Ejecutivo. Inmerso en varias polémicas durante su andadura gubernamental, fue uno de los fichajes estrella con los que Sánchez desembarcó en La Moncloa en 2018 y, desde entonces, el presidente no le ha retirado su confianza, pese a los escándalos. Si sobrevivió a la crisis de Gobierno del pasado julio, quien no lo hizo fue Carmen Calvo, que también tendrá presencia en uno de los foros sobre feminismo, en su condición de secretaria de Igualdad de la Ejecutiva del PSOE. Pero los platos fuertes están reservados para la apertura, en la que participarán –en una exhibición de «unidad» tras los choques del pasado– los dos ex presidentes del Gobierno socialistas, José Luis Rodríguez Zapatero y Felipe González, y los líderes sindicales Unai Sordo y Pepe Álvarez. El cierre correrá a cargo del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, que buscará darse un baño de masas que emulará, salvando las distancias, al que Pablo Casado escenificó hará justo dos semanas en la plaza de toros, también, de Valencia. En el PSOE se afanan en marcar todas las distancias posibles para que los actos no sean comparables.