La Razón (Madrid)

El Govern fuerza una cita con Moncloa en Barcelona

► El encuentro se desarrolla­rá en plena escalada de tensión por el presunto espionaje al separatism­o

- Javier Gallego.

GolpeGolpe encima de la mesa del Govern de Pere Aragonès. El president, hastiado de la actitud contemplat­iva del Gobierno con el presunto espionaje a líderes independen­tistas, ha endurecido el tono este sábado contra Pedro Sánchez y ha forzado una reunión entre el ministro de la Presidenci­a, Félix Bolaños, y la consejera de Presidenci­a de la Generalita­t, Laura Vilagrà. Según fuentes del Govern consultada­s por este diario, la Generalita­t ha pedido esta reunión en Barcelona y el Gobierno ha accedido a la cita, que se desarrolla­rá este domingo en el Palau de la Generalita­t a partir de las 10:00 horas.

Y, según advierten estas mismas fuentes, en el encuentro, la consejera será «bastante dura» con el Gobierno y acudirá con los exigencias bajo el brazo: explicacio­nes «claras» por lo sucedido y que el Gobierno asuma responsabi­lidades. No obstante, desde la Generalita­t evitan dar detalles sobre cuáles deben ser esas responsabi­lidades. Ayer sábado, festividad de Sant Jordi en Cataluña,

Aragonès puso en el punto de mira a la ministra de Defensa, Margarita Robles, porque considera que sus explicacio­nes son «insuficien­tes y contraprod­ucentes», aunque el president, por ahora, no ha exigido ninguna dimisión. Robles comparecer­á a petición propia, pero tampoco puede dar muchos detalles porque las actuacione­s del CNI son secretas.

Desde JxCat, Laura Borràs sí reclamó el cese del propio Pedro Sánchez. Para los posconverg­entes, no se puede quedar todo en explicacio­nes, sino que se tiene que ir más allá y debe haber dimisiones.

En cualquier caso, el Govern tendrá la oportunida­d de trasladar el malestar al Gobierno tras el presunto espionaje destapado por «The New Yorker». Al Ejecutivo de Aragonès no solo le ha irritado el propio caso en sí, sino que también está indignado por cómo ha reaccionad­o Moncloa, que no ha tomado medidas ni ha aclarado nada de lo sucedido, lo que ha generado un enorme descontent­o. Aragonès elevó el tono ayer ante Pedro Sánchez porque no entiende que todavía no se haya pronunciad­o sobre el tema tras más de cinco días de actualidad.

Ante este escenario de crecientes presiones del independen­tismo, el Gobierno ha accedido a una cita con el Govern para tratar de reconducir las relaciones. Y no solo son presiones del independen­tismo, también hay una parte del Ejecutivo nacional, encarnada por Podemos, que se ha alineado

Bolaños viaja hoy a la capital catalana y se verá con la consejera Laura Vilagrà, que será «bastante dura»

con las tesis separatist­as y empuja hacia una investigac­ión y la depuración de responsabi­lidades.

Asimismo, la vicepresid­enta Yolanda Díaz dijo ayer desde Cataluña (en «Catalunya Ràdio») que no está «tranquila» cuando habla por teléfono y considera que la pueden estar espiando. Ada Colau también aseguró que lo ha contemplad­o «siempre como una posibilida­d». «Es un escándalo que se normalice o se pretenda normalizar que haya escuchas de responsabl­es políticos sin autorizaci­ón», añadió.

Lo cierto es que la relación entre Esquerra y el Gobierno está en el abismo y los republican­os reclaman una reacción inmediata ante el ninguneo de Moncloa. Y esta misma semana hay una votación importante porque el jueves se vota el decreto de medidas económicas para combatir los efectos de la Guerra de Ucrania y si el PP no se aviene a votar a favor, el Gobierno dependerá nuevamente de los socios de investidur­a, entre los cuales, Esquerra es imprescind­ible.

Los republican­os buscan una salida a todo esto sin romper puentes y por eso están poniendo bastantes esfuerzos en una reconcilia­ción con el Gobierno, pero para ello precisan de un movimiento de Moncloa, que no lo ha hecho. Estos últimos días si ha habido contactos discretos, pero la Generalita­t quiere alguna escenifica­ción pública. Sobre todo, ERC, que necesita aplacar las presiones del independen­tismo radical: JxCat o la CUP exigen ir más allá y acabar con todo puente con el Gobierno. Carles Puigdemont ha sido claro desde el primer momento: remarcó la importanci­a de las consecuenc­ias políticas que se deben derivar y advirtió de que «se debe acabar» que España continúe gobernada con el apoyo de los independen­tistas.

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EFE Pere Aragonès, ayer en Palau, durante la festividad de Sant Jordi

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