La Razón (Madrid)

Una «amistad» a prueba de turbulenci­as

Susana Campo

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La relación entre España y Marruecos entró en una nueva fase tras la bendición de Sánchez a la propuesta de Rabat respecto al Sáhara Occidental. El presidente del Gobierno calificó la solución del reino alauí de conceder la autonomía como la más «seria, realista y creíble». Sin embargo, tan solo unas semanas después de la histórica visita del jefe del Ejecutivo a la capital del reino alauí, un nuevo frente amenaza con poner fin a la luna de miel entre ambos países.

¿Qué dice el acuerdo entre Madrid y Rabat sobre la delimitaci­ón de las aguas?

El comunicado conjunto publicado tras la reunión entre el presidente Pedro Sánchez y el rey Mohammed VI estaba compuesto por 16 puntos, en concreto, el sexto dice «se reactivará el grupo de trabajo sobre delimitaci­ón de espacios marítimos en la fachada atlántica, con el objetivo de lograr avances concretos». Es decir, ambos países se compromete­n a colocar las piezas del puzzle que suponen las aguas entre Marruecos y Canarias: una frontera marítima de hecho, pero no de derecho.

¿Qué supone que Rabat acelere las prospeccio­nes antes de negociar las aguas territoria­les?

Es cuanto menos llamativo que Marruecos pise el acelerador y anuncie el hallazgo de petróleo en dos pozos sondeados frente a las costas de Tarfaya e Ifni, cercanas a las Islas Canarias justo un mes después de la normalizac­ión de las relaciones y tan solo quince días después del viaje exprés del jefe del Ejecutivo a Rabat.Desde el Ejecutivo le quitan importanci­a, sin embargo, el jefe de la diplomacia española, José Manuel Albares, anun

ció este viernes desde Bruselas que el tema de las prospeccio­nes es uno de los que se van a abordar la comisión sobre la delimitaci­ón de las aguas territoria­les lo cual.

¿Por qué son tan polémicas las aspiracion­es de Marruecos sobre las aguas canarias?

Los desafíos entre Marruecos y España por cuestiones territoria­les se remontan en nuestra historia. En la retina de todos está la ocupación temporal del islote de Perejil en 2002 por el Ejército de Marruecos. En cuanto a la delimitaci­ón de las aguas territoria­les, el gobierno marroquí ha aprobado varias leyes para delimitar su frontera marítima con Canarias. Las últimas vieron la luz en diciembre de 2019 cuando el parlamento marroquí aprobó por unanimidad dos leyes para delimitar por primera vez su espacio marítimo con España y Mauritania, y de paso incorporar de forma jurídica el mar adyacente al Sáhara Occidental a sus aguas territoria­les.

¿Qué se entiende por aguas canarias y qué se puede negociar?

El Estatuto de Autonomía de Canarias delimita las aguas de las islas pero según el Derecho Internacio­nal, el concepto de aguas territoria­les canarias no existe. Las aguas pertenecen a los estados, o son de Marruecos o son de España. El mar territoria­l comprende 12 millas –22 kilómetros– contadas desde la línea de la costa y la zona económica exclusiva de cada país abarca 200 millas –unos 370 kilómetros–, según la convención de Naciones Unidas sobre el derecho del mar de 1982. Sin embargo, esta distancia es mayor que la distancia que separan las Islas Canarias de Marruecos, por lo que se aplica la mediana, es decir, la línea imaginaria que divide la franja de mar entre ambos en dos mitades iguales. Además, hay que sumar otra variable a la ecuación, las aguas saharuis que no forman parte del territorio de Marruecos, tal y como dejó claro el Tribunal de Justicia Europeo al tumbar el acuerdo de pesca con Rabat.

El acuerdo con Rabat contempla la limitación de las aguas

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