Dietas terapéuticas
DesdeDesde los orígenes de la humanidad los más sabios eran plenamente conscientes de que el hambre y la mala alimentación tenían gran parte de culpa en la aparición de las temidas y poco conocidas enfermedades.
Hipócrates defendió la importancia de una buena alimentación como parte fundamental del tratamiento de sus pacientes enfermos (500 años antes de Cristo); por el contrario, nuestros más próximos científicos (más prudentes o menos sabios) no reconocieron la importancia de la alimentación como parte del manejo de una enfermedad hasta hace no mucho tiempo.
Las dietas terapéuticas son alimentos de alto potencial curativo; no son fármacos, son «recetas» elaboradas específicamente para cada patología, añadiendo o recortando los nutrientes que favorecen o perjudican a cada patología en concreto.
Actualmente, y gracias a la práctica diaria, podemos confirmar que dichos productos han aumentado la calidad de vida y la vida media de nuestras mascotas.
Las dietas terapéuticas tienen un fundamento que se puede considerar bastante sencillo: «aportan lo que beneficia y evitan lo que perjudica».
A ninguno se le ocurriría comerse un cocido madrileño como dieta terapéutica ante una situación de intensos vómitos y diarreas... pues siguiendo la misma lógica, pero con más estudios e investigaciones, se llega a la conclusión de que ciertos ingredientes y nutrientes pueden ser beneficiosos en determinadas enfermedades.
Las dietas consiguen alimentar al animal sin alimentar a la patología que le afecta; el fundamento es sencillo, pero requiere de la confianza del propietario del animal para el uso correcto de la dieta; muchos creen que su animal no podrá curarse si no recibe dosis elevadas de exclusivos y carísimos fármacos,
Dichos productos aumentan la calidad de vida y la vida media de las mascotas
cuando la realidad es que las dietas consiguen una mejoría, e incluso una total curación sin la agresividad de ciertos productos químicos: «las dietas terapéuticas curan mientras nutren».
Como cualquier producto que está enfocado a un tratamiento, la efectividad de las dietas terapéuticas depende en gran medida de un correcto diagnóstico de la enfermedad y de la adecuada inclusión de la dieta dentro del tratamiento global.
Existen gran número de patologías (gastritis, cálculos, colitis...) que pueden curarse sin ayuda de fármacos, o en el peor de los casos con una mínima dosificación y sólo durante la fase aguda de la enfermedad (primeros días).
En otras patologías (hepatitis, enfermedades cardíacas…), la dieta será un punto importante del tratamiento, pero debemos incorporar fármacos específicos para la completa curación.