Mientras dure el dolor
Puede inducir a error, debe, al menos, el título del nuevo filme dirigido por Ibon Cormezana, porque esta mujer (que encarna Manuela Vellés dejándose las tripas, la cordura, y pareja en la vida real al cabo, del cineasta), que ha sido violada mientras su novio se encuentra de viaje y tras una noche de copas con los amigos de este (abuso sexual que, sin querer, registra en el móvil la protagonista) debería sentir y padecer muchos sentimientos, rabia, odio, impotencia, menos eso, la jodida culpa. Quizá he ahí la propia respuesta a la pregunta. La joven decide entonces abandonar su existencia completamente para refugiarse en una cabaña en la cima de un monte muy lejos de la civilización para llorarsun duelo entre botellas vacías de vino y llamadas que no responde nadie. Hasta que confirma que está embarazada y entonces... y entonces piensa en abortar, se golpea el ya abultado vientrepara, al final, decidir seguir bebiendo mientras los meses transcurren. Una película, en resumen, austera, dolorosa, dura, en ocasiones durísima, aunque a veces resulte algo complicado creer cómo este personaje puede hacer frente a esa soledad tan devastadora, tan aplastante, sin echar la vista atrás, sin añoranzas de relaciones y amores perdidos. Menos mal que la puerta, esa misma que ella cerró de un portazo maldiciendo, termine, cuando menos, entreabierta.
Lo mejor
►Es una cinta dura, de las que se quedan un tiempo «fijas» en las pupilas del espectador Lo peor
►En ciertos momentos cuesta creer que esta mujer pase este calvario completamente sola