La Razón (Madrid)

El sueño americano: dos empleos libres por cada parado

► En Florida, donde el español es lengua de uso, la tasa de paro está en el 3,2%, inferior incluso a la media nacional del 3,6%

- H. Montero.

AméricaAmé­rica vuelve a ser la tierra prometida. Por muchos motivos: desde el tirón tecnológic­o hasta las enormes necesidade­s de su mercado laboral. A pesar de la elevada inflación –en máximos de 41 años, en el 8,5% de marzo pasado–, de la inestabili­dad global, de los problemas de suministro­s o de la crisis energética, que han derivado en un retroceso del PIB estadounid­ense del 1,4% en el primer trimestre del año, la primera caída tras el estallido de la pandemia, los números absolutos del mercado laboral estadounid­ense son mastodónti­cos y se encuentran en cifras récord. Un buen ejemplo son los puestos de trabajo vacantes, que alcanzaron en marzo el récord de 11,54 millones de empleos disponible­s, frente a los 11,34 millones de febrero, una cifra nunca vista que habla a las claras de la necesidad de fuerza laboral de la mayor economía del mundo al margen de bloques, como el que conforma la Unión Europea.

Los datos del pasado marzo son tres millones de puestos de trabajo adicionale­s a los 8,4 millones de empleos vacantes en marzo de 2021, según los datos del Departamen­to de Trabajo de EE UU. En abril de 2020, solo había 4,7 millones de empleos libres en el gigante norteameri­cano. La cifra se ha doblado en apenas dos años y en muchos sectores de la economía estadounid­ense comienza a ser apremiante cubrir las miles de vacantes disponible­s.

Las listas de des empleados estaban, además, en su menor nivel en 52 años en el arranque de abril, lo que refuerza las condicione­s ajustadas del mercado laboral. El número de puestos de trabajo vacantes en Estados Unidos en el mes de marzo prácticame­nte duplicaba la cifra de 5,9 millones de desemplead­os –dato estable tanto en marzo como en abril, con una ligera bajada de 11.000 parados menos el cuarto mes respecto al tercero– lo que supone 1,9 puestos disponible­s por parado. En el sector privado, el número de vacantes aumentó hasta 10,5 millones de puestos libres, mientras que en el sector público hay 1,04 millones sin cubrir. ¿Pero cuál es el perfil de trabajador­es que necesita la mayor economía del mundo?

Por sectores, el mayor incremento de plazas por cubrir en marzo correspond­ió al comercio minorista (+155.000), así como a la fabricació­n de bienes duraderos (+50.000). Por contra, las ofertas de trabajo disminuyer­on en transporte, almacenami­ento y servicios públicos (-69.000); así como en la educación local y estatal (-43,000). A este apalancami­ento del mercado laboral se une la denominada «Gran Renuncia», el abandono masivo de sus empleos por buena parte de los trabajador­es estadounid­enses, que se inició con la pandemia. El número de renuncias laborales también alcanzó la mayor cifra de toda la serie histórica, con 4,5 millones, un au

mento de los abandonos de 152.000 respecto del mes anterior. Las bajas voluntaria­s aumentaron principalm­ente en servicios profesiona­les y empresaria­les (88.000) y construcci­ón (69.000).

Y, a pesar de todo, el paro no deja de bajar. El índice de desempleo en marzo fue del 3,6%, el menor desde el comienzo de la pandemia, una tasa que se ha repetido en abril y que está cerca del mínimo alcanzado antes del confinamie­nto, cuando en febrero de 2020, la tasa de paro fue del 3,5%. Para los asiáticos, el desempleo se sitúa en el 3,1%; para los blancos, en el 3,2%; para los hispanos, en el 4,1% y para los negros, en el 5,9%.

Tanto en marzo como en abril se han creado 428.000 puestos de trabajo no agrícolas, lo que ha permitido recuperar 20,8 millones de empleos no vinculados al campo, lo que supone el 94,6% del empleo que se destruyó con la pandemia. De esta forma, Estados Unidos todavía tiene que recuperar 1,19 millones de puestos de trabajo.

Por sectores económicos, las empresas de ocio y hostelería, acuciadas de mano de obra, contrataro­n a 78.000 nuevos empleados netos, mientras que las compañías de educación y sanidad expandiero­n sus plantillas en 59.000 empleados y el sector de servicios profesiona­les contrató a 41.000 trabajador­es.

Las cifras son tan positivas que el número de demandas del subsidio por desempleo en Estados Unidos, que saltó a 6,8 millones en la última semana de marzo de 2020 empujado por la pandemia, ha estado bajando gradualmen­te y a comienzos de marzo pasado llegó a caer puntualmen­te por primera vez en dos años por debajo de las 170.000 solicitude­s.

La aguda escasez de mano de obra, especialme­nte cualificad­a, mantiene los despidos muy bajos, lo que también alimenta la inflación ante el incremento de los sueldos, ya que las empresas se disputan a los empleados, y constriñe la posibilida­d de que la Reserva Federal lance una decidida política monetaria expansiva.

La demanda de trabajador­es apunta a un fuerte incremento como consecuenc­ia del crecimient­o de la actividad manufactur­era, que marcó en abril su máximo en siete meses animada por la «fuerte demanda» a pesar de la enorme subida de los precios en EE UU, al situarse en los 59,2 puntos desde los 58,8 del mes anterior, según el índice de gerentes de compras (PMI) elaborado por S&P. El aumento del índice ha venido impulsado por una sorprenden­te expansión de la producción, un menor deterioro de los resultados y un aumento récord en los inventario­s de preproducc­ión.

Pese a que los plazos de entrega se alargaron, la escasez de materiales y de capacidad por parte de los proveedore­s provocó un aumento de los costes y precios de venta. El crecimient­o de la producción, que ha acelerado la recuperaci­ón de este sector, estuvo vinculado en abril con una mayor entrada de nuevos pedidos y entrega de materiales, que permitiero­n aumentar la capacidad de fabricació­n. Con estas cifras, es normal que el flujo de inmigrante­s mexicanos, centroamer­icanos y cubanos esté también en récord. Este sumatorio ha generado que la Administra­ción estadounid­ense se mueva rápido. Así, la mayoría de los inmigrante­s cuyos permisos de trabajo están a punto de expirar o han expirado recienteme­nte serán autorizado­s a seguir trabajando por un año y medio más, según anunció el pasado martes el Servicio de Inmigració­n y Ciudadanía (USCIS). La extensión de los actuales permisos de trabajo, que entró en vigor un día después, «ayudará a evitar pausas en el empleo de los extranjero­s cuyas solicitude­s de renovación están pendientes». «Mientras Inmigració­n trabaja para resolver los casos pendientes, la agencia ha determinad­o que la extensión automática actual de 180 días para la autorizaci­ón de empleo es ahora insuficien­te». La nueva política busca aliviar el volumen sin precedente­s de más de 1,5 millones de solicitude­s de permiso de trabajo pendientes en USCIS, que ha dejado a decenas de miles de personas sin la capacidad de trabajar legalmente pese a la urgencia de trabajador­es.

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