Rusia intenta cerrar el acceso a Lugansk a las tropas ucranianas
► Los bombardeos obligan a Charles Michel a refugiarse mientras visitaba Odesa
Las tropas rusas lograron cruzar el río Siverskyi Donets, una barrera natural crucial que ayuda a los ucranianos a mantener sus defensas en la región de Lugansk. El gobernador de la región, Sergiy Gaiday, advirtió de que el resultado de la batalla en curso sería decisivo para el futuro de la región. Las tropas rusas están tratando de establecer su posición a ambos lados del río, transportar su equipo y cortar el «camino de la vida» entre Lysychansk y Bahmut. Es la única vía por la cual las tropas ucranianas en la región obtienen sus suministros y refuerzos. Los combates acalorados continúan en las vecinas Rubizhne y Bilogirivka, donde los rusos construyeron un puente de pontones.
Unas 60 personas perdieron la vida en el bombardeo de la escuela en Bilogirivka. Servía como refugio para casi todos los residentes restantes del pueblo que se ha convertido en un foco de enfrentamientos en los últimos días. No se puede proporcionar un número exacto, ya que los rescatistas no pueden despejar los escombros por los combates en curso. Los intentos de evacuar a los supervivientes también tuvieron que ser abandonados, ya que los vehículos quedaron bajo el fuego de artillería del enemigo. La evacuación se ha detenido por completo en toda la región de Lugansk.
La situación en Donetsk también sigue siendo difícil. El centro de Sloviansk, objetivo probable de las tropas rusas que intentan abrirse camino desde Izium, fue objeto de un bombardeo masivo. La evacuación de otras regiones continúa. La carga principal a menudo menudo la asumen los voluntarios que conducen a lugares extremadamente peligrosos en sus propios automóviles para salvar a las personas de los bombardeos. Un cantante de ópera de 29 años, Sergiy Ivanchuk, recibió cinco disparos en el hígado, los pulmones, las piernas y las manos mientras evacuaba a la gente de Saltovka, la parte más atacada de Járkiv, y Ojtyrka. Se recuperó después de pasar 16 días en una UCI en Járkiv y recientemente fue trasladado a Leópolis para seguir su recuperación.
En Mariupol continúa la misión de la ONU para evacuar a los civiles. En el momento en que su columna abandonó la ciudad, las tropas rusas renovaron su intento de capturar la acería de Azovstal. Los defensores ucranianos repelieron ayer el ataque. Se cree que hasta 1.000 soldados todavía están dentro, con hasta 700 heridos. Los comandantes del regimiento Azov y los infantes de marina han estado pidiendo una operación especial para al menos salvar a los soldados heridos que sufren en condiciones inhumanas bajo los constantes bombardeos.
Según la defensora del pueblo,
Liudmyla Denisova, 1,18 millones de ucranianos fueron deportados a Rusia desde las zonas ocupadas, incluidos 200.000 niños, mientras que unos 20.000 más pasan por campos de filtración antes de cruzar la frontera rusa.
La ciudad portuaria de Odesa y la región circundante se han convertido en el objetivo diario de los ataques con misiles rusos. Cuatro misiles Onyx impactaron en la región ayer. El ataque ocurrió mientras el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, realizaba una visita no anunciada para presenciar la destrucción que Rusia causó en la ciudad portuaria clave de Ucrania. Volodomir Zelenski agradeció la visita de Michel y pidió «medidas inmediatas» para desbloquear las exportaciones agrícolas de los puertos ucranianos« para evitar una crisis alimentaria en el mundo provoca da por las acciones agresivas de Rusia». Mientras tanto, más de 50 países apoyaron ayer una solicitud de Ucrania para convocar una reunión extraordinaria del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en respuesta al «deterioro de la situación de los derechos humanos en Ucrania derivado de la agresión rusa». Se espera que la reunión encargue a la recién formada comisión para investigar crímenes de guerra rusos que prepare un informe detallado sobre las atrocidades cometidas por el Ejército ruso en Bucha, Mariupol y otros territorios ocupados en Ucrania.
Casi 1,2 millones de ucranianos, incluidos 200.000 niños, ya han sido deportados a Rusia