Juego sucio en la izquierda
El esperpento de la extrema izquierda en la negociación de la coalición «Por Andalucía» no ha sido el fruto de problemas técnicos-jurídicos, como se ha vendido desde la órbita comunista, en palabras de Enrique Santiago, sino una lucha por el poder, con juego sucio, que ha mermado sus menguadas opciones electorales. Yolanda Díaz y Pablo Iglesias han librado un pulso para asegurarse cuota de poder e influencia y el duelo ha acabado fuera de plazo para mayor escarnio a su electorado. En este caos, Unidas Podemos ha sido el peor parado dentro del luctuoso contexto. Se ha quedado sin lista y la broma pesada le puede costar 1,5 millones de euros en subvenciones electorales que no ingresará tras quedarse fuera de la alianza y mantener que no concurrirá en solitario. Yolanda Díaz se ha quitado de en medio. Se huele el batacazo. Su frente amplio seguirá a la espera entre la chapuza, el cainismo y la deslealtad.