La Razón (Madrid)

11 años de Bankia

► El banco nació en 2011, fruto de la unión de Caja Madrid y otras seis cajas de ahorros. Un año después fue nacionaliz­ado

- Rodrigo Rato fue presidente de Caja Madrid y de Bankia entre 2010 y 2012

EnEn otoño de 2009, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, el presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, y el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, apoyaron mi nombramien­to como presidente de Caja Madrid, en sustitució­n de Miguel Blesa. En aquellos momentos, Caja Madrid representa­ba el 28% del primer mercado financiero de España, Madrid, seguida de lejos por el Banco Santander y por La Caixa.

Llegué a la presidenci­a en enero de 2010. En marzo de ese año, el subgoberna­dor, Javier Aríztegui, quiso que iniciara conversaci­ones de fusión con la Caja del Mediterrán­eo. Dos meses después, en mayo, el regulador ofreció ayudas para reforzar el capital de las entidades que se fusionaran bajo una figura que se denominó Sistemas Integrados de Protección (SIP). Caja Madrid se unió a otras seis pequeñas cajas a cambio de un préstamo participat­ivo de 4.600 millones de euros. A petición del gobernador y el subgoberna­dor, incorporam­os a Bancaja a ese SIP. Ese refuerzo de capital nos permitiría superar en julio los requisitos establecid­os por la Autoridad Bancaria Europea (EBA). En septiembre, el Fondo de Reestructu­ración Ordenada Bancaria (FROB) nos exigió provisione­s por 6.400 millones de euros. Por propia iniciativa acabamos provisiona­ndo 10.200 millones, que el Banco de España consideró suficiente­s para los siguientes dos años.

Europa estaba sumida en plena crisis del euro. Grecia e Irlanda habían sido rescatadas por la debilidad de sus sistemas bancarios, Portugal estaba camino de la intervenci­ón y España parecía el siguiente en la lista. El Gobierno, la banca privada y el Banco de España achacaban a las cajas la desconfian­za de los inversores extranjero­s, reflejada en la prima de riesgo, aunque su nivel de morosidad era entonces similar al de los bancos. Ni PSOE ni PP habían aceptado hasta ese momento la posibilida­d de abrir las cajas al capital privado.

En enero de 2011, las autoridade­s cambiaron de estrategia y pasaron a exigir a las cajas el mismo nivel de capital que habían reducido en diciembre. Eso situaba a las cajas en la tesitura de salir a Bolsa en los siguientes meses o la nacionaliz­ación. Las siete cajas acordamos salir a Bolsa y creamos para ello el Banco Financiero y de Ahorro (BFA).

Entre febrero y junio dividimos el banco en dos, para sacar a Bolsa sólo la parte del negocio bancario, el resto se quedaría en BFA. Fue entonces, hace 11 años, cuando nació Bankia. La nueva entidad salió a Bolsa el 20 de julio, el 49% de su capital pasó a manos privadas y captó 3.000 millones de euros de inversión. Los accionista­s extranjero­s solo representa­ban el 3% de los accionista­s, pero en los siguientes cuatro meses el porcentaje aumentó al 9%. Recibimos la felicitaci­ón del Gobierno, el Banco de España y la EBA. En septiembre de ese año, 2011, entramos a formar parte del Ibex35. Ibex35. En octubre, La Caixa nos planteó la posibilida­d de una fusión y en noviembre cerramos un preacuerdo, después de que inspeccion­aran nuestras cuentas. Antes de que hiciéramos lo mismo quisieron cambiar las condicione­s y la negociació­n se rompió.

Ante el deterioro de la situación económica y financiera, la EBA exigió capital adicional a los cinco principale­s bancos españoles, entre ellos Bankia, por su elevada exposición a la deuda pública nacional. A finales de 2011 el PP llegó al Gobierno. En enero, el nuevo ministro de Economía, Luis de Guindos, me citó en su despacho y me indicó que la fusión con La Caixa debía llevarse a cabo, en las condicione­s que establecie­ra la entidad y sin ayudas públicas. Me negué a aceptar sin buscar otras alternativ­as. Pocos días después, el propio ministro declaraba al Financial Times que el sistema bancario español necesitaba 60.000 millones de euros de saneamient­osadiciona­les. Semanas más tarde, el Gobierno aprobaba un Decreto imponiendo esos saneamient­os, una decisión que normalment­e correspond­ía al Banco de España. La prima de riesgo española no dejaba de subir desde el cambio de Gobierno.

En marzo, Guindos me citó a cenar para discutir los saneamient­os de Bankia, un encuentro al que estaban invitados Santander, BBVA y La Caixa. La ausencia del Banco de España y la presencia de mis competidor­es era claramente irregular y extraordin­aria, como poco. Pocos días antes, el ministro me había amenazado con ejecutar las preferente­s del FROB y nacionaliz­ar BFA. El que sería el futuro consejero delegado de Bankia, José Sevilla, se presentó por aquellas fechas en Bankia como representa­nte de un posible inversor extranjero avalado por una personalid­ad del sector. Le autorice a mirar nuestras cuentas.

Guindos me llamó por teléfono y me pidió más saneamient­os. Los del primer decreto no habían servido para calmar unos mercados alarmados por sus propias declaracio­nes. Entre finales de abril y principios de mayo me volvió a citar en dos ocasiones con mis competidor­es. La segunda, Francisco González pidió mi dimisión por entender que era incompatib­le dar ayudas y que fuera del PP. Ya a solas, Guindos me lo exigió. Horas antes, Cristóbal Montoro me había advertido que yo era «una víctima colateral». Era domingo. El lunes pedí hora a Rajoy, quien me ratificó la decisión del Gobierno. Esa tarde hice pública mi dimisión. El Gobierno quería a José Ignacio Goirigolza­rri al frente de la entidad y yo propuse su nombre a los consejos de BFA y Bankia. Era el 7 de mayo.

Días más tarde, Fernández Ordóñez declaraba en el Senado «que el Gobierno le había exigido silencio sobre Bankia». Guindos aseguró en el Congreso «que Bankia necesitarí­a 7.000 millones de euros según el nuevo Decreto Ley de provisione­s que iba a aprobar el Gobierno, pero que él daría a los nuevos gestores lo que le pidieran». Fueron 22.000 millones y el nuevo consejo cambió los resultados de 2011 en base a «circunstan­cias sobrevenid­as», algo que hasta el FROB y el fiscal considerar­on irregular.

La historia es mucho más larga, ya habrá momento de contarla.

La entidad precisó una inyección pública de 22.000 millones

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EFE Bankia salió a Bolsa el 20 de julio de 2011

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