La Razón (Madrid)

«No sientes miedo cuando trabajas, solo piensas en salvar a la gente»

► El bombero Dmitro relata a LA RAZÓN sus últimos días de servicio en Mariupol

- R. Averchuk. LEÓPOLIS

Desde el comienzo de la invasión, los misiles y aviones rusos han estado atacando casi toda Ucrania. Miles de rescatista­s del Servicio Estatal de Emergencia­s son los primeros en llegar para apagar incendios, desmantela­r escombros y desactivar bombas. Arriesgar su propia vida para salvar a los demás es una parte cotidiana de su trabajo. Antes de la invasión, Dmytro, un bombero de Mariupol, se ocupaba principalm­entedel reconocimi­ento aéreo de incendios y búsquedas de personas perdidas en el mar o bosques. Durante la guerra, las responsabi­lidades formales ya no importaba n tanto. Todos hacían lo que más se necesitaba.

«En los últimos días de mi estancia en Mariupol, solo el 10-15% del personal permanecía en las filas. Algunos ya no podían llegar al trabajo a causa a los bombardeos. Algunos evacuaron la ciudad asediada con sus familias. Otros resultaron heridos o muertos», explica Dmytro. La gente dependía de ellos. Un desafío ordinario en tiempos extraordin­arios era extinguir un incendio en los pisos 6-8 de un bloque residencia­l golpeado por un proyectil, mientras los residentes se escondían del bombardeo, con el peligro de que se derrumbara sobre sus cabezas.

Con el tiempo, la escala de la destrucció­n llegó a ser tal que la extinción de incendios pasó a un segundo plano. Era necesario rescatar a la gente y llevarles a lugares seguros. Para ello, los bomberos reequiparo­n un vehículo blindado diseñado para transporta­r artefactos explosivos. También llevaron agua y alimentos a los refugios. Ellos mismos tenían que beber agua de lluvia o potabiliza­da. Dmytro habla con voz tranquila, pero en algún momento admite que le cuesta mucho revivir lo que vio en Mariupol. Se sincera: «No sientes miedo cuando estás trabajando, trabajando, solo piensas en salvar a la gente. Lo más aterrador era cuando actuaba como despachado­r y tenía que enviar a los muchachos al peligro. Estaba preocupado por ellos. Especialme­nte cuando tardaban en ponerse en contacto». También tuvo miedo al ver todas las consecuenc­ias del bombardeo de la ciudad. Debido a que Mariupol estaba constantem­ente bajo fuego, a causa de los cráteres y cables colgantes, a veces los rescatista­s no podían regresar por la misma vía que usaban para llegar a las emergencia­s. «También daba miedo cuando traías a un herido al hospital, y no lo podían ingresar, porque las víctimas ya ocupaban todas las salas y todo el pasillo. Y lo llevabas a otro hospital». Dmytro vio la destrucció­n del hospital infantil bombardead­o: «Nunca había visto algo así en mi vida, aunque hemos vivido cerca de la línea del frente ocho años».Desde el comienzo de la guerra, las centrales de bomberos, así como toda la infraestru­ctura crítica de la ciudad, han sido objeto de los bombardeos enemigos. Gran parte de los vehículos y equipos fue destruido al inicio. Un día las bombas impactaron en la sede central de los bomberos. El jefe de guardia fue asesinado, el resto, rescatado.

Dmytro y sus colegas lograron escapar de la ciudad y evacuar a los civiles que se refugiaban en la unidad. Ahora están dispersos en diferentes partes del país. Pero Dmtyro enfatiza: «Un día volveremos a nuestra hermosa ciudad». Sus colegas en el norte de Ucrania ayudan a reconstrui­r territorio­s liberados de las tropas rusas. Igor llegó a Borodianka, al oeste de Kyiv, a principios de abril. La ciudad sufrió una destrucció­n devastador­a al comienzo de la guerra. Igor y sus compañeros pasaron cuatro días desmantela­ndo los escombros de un edificio de cinco pisos en Borodianka. Desafortun­adamente, ya no había posibilida­d de encontrar a nadie con vida, pero los cuerpos de los muertos tenían que ser recuperado­s. Igor también acude a los objetivos golpeados por bombas aéreas o misiles rusos en Kyiv. Nunca se había encontrado con tal destrucció­n. Vivirlo no puede compararse con ninguna escena de destrucció­n vista en una película de Hollywood. Tuvo que aprender mucho en la práctica. Ahora los bomberos trabajan de forma rápida y más ordenada. Igor dice que el mayor golpe es siempre la decepción que se siente cuando no puedes salvar a una persona. Sin embargo, los bomberos no se permiten entrar en pánico ni tener miedo: todos los demás dependen de su concentrac­ión y eficacia. La peculiarid­ad del trabajo en Borodianka y

¿Por qué los rusos dejaron minas tras su salida de Kyiv? ¿Por qué hicieron algo así? No lo entiendo» Igor

Bombero de Borodianka

otros territorio­s liberados es que los rusos dejaron atrás miles de minas ytrampas.Igor continúa :« Me preguntopo­rqué hicieron algo así. Y no encuentro respuesta». Han dejado explosivos cerca de las casas destruidas. En bolsas de la compra en la calle. En armarios con utensilios. Entre las víctimas hay niños, la gente común en sus vehículos que se detiene en los bordes de las carreteras­y electricis­ta s que están restableci­endo la infraestru­ctura destruida. Cientos de zapadores están neutraliza­ndo bombas sin parar. Según Oleksandr Jorunzhyi, portavoz del Servicio Estatal de Emergencia­s, el desminado de los territorio­s liberados va a llevar años. En solo dos meses, los zapadores han eliminado más de 71.000 explosivos.

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REUTERS Los bomberos ucranianos extinguen un fuego tras un bombardeo en Járkiv, el 23 de abril
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AP Un bombero rescata unos libros de un edificio derrumbado en Chernigiv

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