El nuevo Nudo Norte echa a andar
► Esta pasada noche se abrió el paso inferior que conectará la Castellana con la M-30 y la M-11
El primero de los tres pasos inferiores del Nudo Norte ya ha echado a andar. Alrededor de 240 metros de longitud y una anchura de siete metros, divididos en dos carriles de circulación y con los que el Ayuntamiento de la capital espera eliminar uno de los actuales «puntos negros» del viario municipal, sobre todo en las horas punta de la mañana y la tarde. Concretamente, este nuevo paso permitirá la conexión directa del tráfico rodado entre el Paseo de la Castellana y la M-30 con destino a la A-1 (carretera de Burgos) y la M-11 (que conduce a los recintos feriales). Y se elimina el trenzado para los vehículos que se dirigían a la carretera de Burgos y a la M-11; y los que discurrían por la M-607/M-30 entre el Nudo Norte y el Nudo de Manoteras con destino a la A-1.
El alcalde, acompañado del delegado de Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, adelantó la fecha de la próxima apertura: será el 27 de mayo cuando «definitivamente ya podrán circular en superficie todos aquellos que quieran dirigirse hacia la M-30 sin la necesidad de tener que cruzar ningún carril». Llegados a ese punto, «solo quedarán por ejecutar dos accesos para aquellos vehículos que se incorporan desde la M-11 y desde el paseo de la Castellana hacia la M-607 (Carretera de Colmenar)».
Hay que tener en cuenta también el futuro desarrollo urbanístico de Castellana Norte. El nuevo paso inferior ampliará un carril de incorporación con destino a este nuevo área de Madrid deesde la prolongación de Agustín de Foxá y Mauricio Legendre.
El Nudo Norte soportaba la circulación de 34.000 vehículos diarios en hora punta de mañana, mientras que por la tarde pasaban a ser 33.800. Con la actual remodelación, se prevé un ahorro del tiempo en hora punta del 31% en el desplazamiento de vehículos privados, lo que supone un total de 3.667 horas diarias. El aumento de capacidad en los puntos críticos y la supresión de los cruces supondrá reducir los niveles de congestión por debajo del 70 %.
Tras la eliminación del trenzado, la calidad del aire de Madrid también podría verse beneficiada: una reducción media de 14 toneladas diarias de CO2 al día, el equivalente al 0,5 % de todas las emisiones del gas que emite el sector del transporte por carretera en la ciudad.
A pesar «de los problemas existentes con los suministros», la conclusión de las obras, según afirmó el alcalde, está prevista para el último trimestre de este mismo año.