La Razón (Madrid)

Charlène de Mónaco: su vuelta tenía un precio

La esposa de Alberto de Mónaco retoma su agenda oficial, bajo los rumores de un acuerdo de 12 millones de euros al año

- Elena Barrios.

YaYa lo anunció Alberto de Mónaco el pasado 6 de mayo a la entrada de la Artic Ocean Gala, un acto benéfico en la ciudad sueca de Gotemburgo: «Charlène está muy bien, gracias. Ya la habéis visto. Ha hecho una aparición pública y hará más aparicione­s públicas en el futuro». Dos días después, la princesa volvía a aparecer, relajada y sonriente, acompañada de sus hijos, los mellizos Jacques y Gabriella, de siete años, y de su marido en el tradiciona­l torneo de rugby de Sainte Devote. Su imagen era más natural que en su primer acto oficial, en el que llamó la atención su mirada triste y perdida. Parece que la normalidad parece instalarse en la vida de los Grimaldi tras quince meses marcados por la «desaparici­ón» de la princesa, debido a sus problemas de salud física y mental, y los rumores de separación del matrimonio.

La revista francesa «Voici» da, sin embargo, las claves de su vuelta, y nada tienen que ver con una mejoría en su salud: 12 millones de euros al año. Ese es el precio que, según esta publicació­n, el príncipe monegasco y la sudafrican­a han acordado en un contrato multimillo­nario ultraconfi­dencial para la vuelta de Charlène a la vida pública monegasca. «Voici» adelanta además que no es la única cláusula estipulada en dicho contrato. El medio galo ha destapado los acuerdos ventajosos para la familia de Charlène. «Monaco Tribune» anunciaba recienteme­nte que Gareth Wittstock, hermano de la princesa, obtenía la nacionalid­ad monegasca el pasado 27 de abril, lo que le convierte en ciudadano de pleno derecho del principado, donde vive desde la boda de su hermana en 2011. Gareth es el secretario general de la fundación que lleva el nombre de Charlène y al menos otros cuatro miembros de los Wittstock también obtienen sus ingresos de dicha institució­n. Por lo que un divorcio entre los príncipes de Mónaco no sería nada beneficios­o para ellos.

Otro de los aspectos que la misma publicació­n analiza es el deseo de la sudafrican­a de instalarse de forma permanente en Suiza y viajar a Mónaco solo en ocasiones concretas. Sus hijos quedarían bajo la tutela paterna.

En la primavera de 2021, Charlène viajó a su país natal para apoyar una asociación para la protección protección de los animales y, además, asistir al funeral del rey de los zulúes. Aunque en un principio el viaje solo la iba a mantener alejada de Mónaco diez días, su estancia se prolongó siete meses debido a que, según fuentes oficiales, había contraído una infección aguda de gargata, nariz y oídos por la que tuvo que ser operada hasta en tres ocasiones.

Su regreso al principado fue casi un protocolo, ya que inmediatam­ente era ingresada en una clínica en Suiza donde recibió tratamient­o por «su fatiga física y mental». El internamie­nto ha durado cinco meses y a juzgar por su permanente expresión triste, no parece que la princesa pase por su mejor momento personal y familiar a pesar de los intentos de su marido de acallar los rumores de crisis.

La princesa solo dejaría Suiza por Mónaco para participar en actos oficiales

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GTRES La princesa ha vuelto a sus obligacion­es oficiales en el Principado

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