La Razón (Madrid)

Sin camino ni futuro

- Abel Hernández

EscribióEs­cribió Antonio Machado: «Cuando penséis en España, no olvidéis ni su historia ni su tradición; pero no creáis que la esencia española os la puede revelar el pasado. Esto es lo que suelen ignorar los historiado­res. Un pueblo es siempre una empresa futura, un arco tendido hacia el mañana». No es, en efecto, bueno que un gobernante piense más en sí mismo, en su continuida­d, en el puro disfrute del poder, que en la historia de la nación y en su tradición. Es perverso el manejo interesado y utilitario de la memoria histórica y el desprecio a la tradición, que se presenta sistemátic­amente como reaccionar­ia y enemiga del progreso y la modernidad. (¡Lo moderno y progresist­a es abortar!). Ahí está la tradición taurina. Y algo mucho más grave: la silenciosa labor de desprestig­io y hostilidad contra la tradición católica, clave para entender a España.

Peor aún es que el gobernante se conforme con vivir al día, como las moscas efímeras de Ortega que mueren al atardecer, de conflicto en conflicto, de charco en charco, de flor en flor, de aquí para allá en el Falcon, sin rumbo fijo, sin un verdadero proyecto nacional compartido con la oposición constituci­onal, a la que se desprecia e insulta. Eso es lo que está ocurriendo ahora mismo en España. El presidente Sánchez va por libre, a su aire, encantado de haberse conocido, orillando el Parlamento, dispuesto a aguantar como sea, apoyándose en unas fuerzas políticas cuyo proyecto principal consiste en impedir que España tenga futuro. Con la ayuda de los separatist­as catalanes catalanes y vascos y los enemigos declarados del «régimen del 78», es imposible pensar en una empresa de futuro, en «un arco tendido hacia el mañana». Así vamos descaminad­os y sin futuro.

La crisis de las escuchas ha iluminado con luz cegadora este oscuro panorama. El presidente ha preferido poner en peligro o, al menos, debilitar y desprestig­iar la seguridad del Estado para seguir al frente del Gobierno, recuperand­o a su lado a los secesionis­tas que él mismo, por paradójico que parezca, autorizó en su día a que fueran vigilados de cerca desde el CNI. Allí rigen unas normas y no se actúa por libre. Este es un gran escándalo. La destitució­n de la directora del centro, con el falso pretexto de fallos de seguridad en el teléfono presidenci­al, fallos aireados a los cuatro vientos insensatam­ente desde el Gobierno, ha sido interpreta­da unánimemen­te como una concesión –habrá otras– a ERC y demás asociados periférico­s. De Rufián y Otegui depende la permanenci­a de Pedro Sánchez en La Moncloa y, ¡Dios mío!, el futuro de España.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain