La Razón (Madrid)

Junts dinamita el pacto para responder al 25%

► ERC no descarta aprobar la reforma con PSC y Comunes, y carga con dureza contra el «no» posconverg­ente

- Cristina Rubio.

Cisma entre Junts y ERC por la lengua. Los posconverg­entes dinamitan el pacto alcanzado con los republican­os, PSC y Comunes –que siguen sumando mayoría en el Parlament– para dar respuesta a la sentencia del 25% de castellano y se desmarcan definitiva­mente de la reforma de la ley que el Govern, vía Esquerra, presentó como aval ante el tribunal y que quiere usar para defender la inmersión y tratar de sortear el bilingüism­o.

Un anuncio que abre una nueva crisis con Esquerra, socio de los posconverg­entes en el Govern, y que llega en plena cuenta atrás, justo después de que el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) ordenara el lunes a la Conselleri­a Conselleri­a de Educación que ejecute en un máximo de 15 días –tiene como máximo hasta el 30 de mayo– la sentencia que obliga a impartir al menos un 25% de horas lectivas en castellano.

Junts trasladó ayer su negativa a aprobar la reforma al president Aragonès y a Esquerra, y también avanzó que en los próximos días enviará al Govern una propuesta «sobre cómo actuar para proteger el catalán». Su plan pasa por una reforma de la ley de educación vía decreto que blinde el modelo monolingüe en catalán y siga marginando el castellano en las aulas, aunque aún se desconoce el fondo y su posicionam­iento concreto.

La modificaci­ón de la Ley de Política Lingüístic­a de 1998, ideada para intentar esquivar la sentencia del 25%, flexibiliz­a la inmersión en función de la realidad de cada centro y otorga al español categoría de lengua de «aprendizaj­e», pese a seguir privilegia­ndo el catalán sin fijar porcentaje­s de uso como ordena el TSJC. Concesione­s suficiente­s para que los sectores más radicales del independen­tismo, con Junts a la cabeza, boicoteen el pacto y se nieguen a respaldarl­o de forma definitiva. De hecho, su principal argumento para descolgars­e es que no es suficiente para blindar la inmersión ante la justicia.

Y ERC no ahorró en críticas hacia los posconverg­entes por su negativa a aprobar el texto. La portavoz Marta Vilalta evidenció sin disimulo el malestar con Junts, les tildó de «irresponsa­bles» y les acusó de pensar más «en sus intereses personales» que en el catalán. También advirtió de que no descartan aprobar la reforma lingüístic­a con el PSC y los Comunes, una fotografía que encuadrarí­a a los republican­os en una suerte de «tripartito lingüístic­o» en la cámara. Socialista­s y comunes presionan para ratificarl­a cuando antes.

De hecho, el partido de Aragonès tiene ahora dos caminos por delante: o seguir con el pacto y aprobarlo en la cámara con los dos partidos que conforman el Gobierno (PSC y Podemos); o bien romper la baraja y aliarse con el independen­tismo (Junts y la CUP). La reforma, registrada en el Parlament en marzo, estaba paralizada por las dudas de Junts, ayer despejadas con su sonoro portazo.

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EFE El president Pere Aragonès con el conseller de Educación, Josep González-Cambray (ERC)

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