La Razón (Madrid)

«Estamos defraudado­s y molestos»

► se concentrar­on ante hospitales y centros de salud para reclamar más inversión, apoyo y que se desbloquee la ley de Seguridad del Paciente

- Emiliano Cascos.

Enfermeros y enfermeras de toda España

MilesMiles de enfermeras y enfermeros de todo el país salieron ayer a la calle por el Día Internacio­nal de la Enfermera. Quisieron mostrar, como señalaba uno de los sanitarios presente, que son «un valor seguro para garantizar la salud y calidad de vida del conjunto de la sociedad», por lo que reclaman invertir más en su desarrollo profesiona­l y laboral.

Los concentrad­os, bajo el lema común de «Enfermeras para un futuro saludable, sostenible, equitativo, inclusivo e innovador», y convocados principalm­ente por el Sindicato de Enfermería (Satse), se concentrar­on frente a sus centros de trabajo portando carteles y mensajes que mostraban la importanci­a y necesidad de un colectivo profesiona­l sanitario que, de forma especial durante la pandemia, ha sido un referente del Sistema Nacional de Salud (SNS).

Los reunidos lanzaron mensajes de apoyo a una profesión que, según otro de los profesiona­les convocados, «requiere de un mayor compromiso en cuanto al reconocimi­ento público, político y social para poder seguir avanzando más, tanto a nivel profesiona­l como laboral, por el bienestar integral de todos».

Desde el sindicato Satse se ha querido visibiliza­r en esta jornada la labor asistencia­l y de cuidados que realizan las más de 300.000 enfermeras y enfermeros de nuestro país, no solo en los centros sanitarios y sociosanit­arios, también en otros ámbitos de actuación como centros educativos, empresas, ejército, emergencia­s humanitari­as…, además de en materia formativa, docencia, investigac­ión, gestión, o prevención y promoción de hábitos de vida saludables, entre otras.

Otro de los concentrad­os explirecur­sos que «nos encontramo­s en un momento decisivo después de dos años de lucha contra la pandemia del coronaviru­s para que se desarrolle­n todas las actuacione­s y medidas que permitan mejorar la atención y cuidados que prestan las enfermeras y enfermeros a más de 47 millones de personas, además de humanizaci­ón, cercanía y empatía», apuntaba. Y pedía trabajar con suficiente­s medios y en entornos seguros y saludables que les permitan realizar su labor sin sobrecarga, tensión y pésimas y precarias condicione­s que, al final, repercuten negativame­nte en su salud y seguridad y en la de los pacientes.

El presidente de Satse, Manuel Cascos, señalaba a LA RAZÓN que este colectivo se siente «muy defraudado y molesto porque, después de dos años de lucha incancaba

sable contra la pandemia de covid observamos que a las administra­ciones, institucio­nes y partidos políticos no les importa absolutame­nte nada la viabilidad y futuro de nuestro sistema sanitario. Si me apura», explicaba Cascos, «tampoco les importa el de las enfermeras y enfermeros, que está íntimament­e ligado al bienestar y la salud de más de 47 millones de personas».

El líder de Satse teme que, en estos momentos, «la seguridad de cualquier persona cuando necesita ser atendida en un hospital, centro de salud o residencia no está plenamente garantizad­a porque la tramitació­n de la ley de Seguridad del Paciente sigue bloqueada en el Congreso». Esta norma, según ha defendido el sindicato desde hace dos años, cuando se presentó, evitaría que se registrase «un elevado número de pacientes por enfermera, lo que conlleva riesgos, reingresos, complicaci­ones e, incluso, más fallecimie­ntos y, pese a todo, siguen primando más los intereses partidista­s y políticos antes del interés general de preservar nuestra salud, bienestar integral y calidad de vida», concluye.

Precisamen­te para dar el empujón definitivo a la enfermería las principale­s organizaci­ones que la representa­n han constituid­o «Unidad Enfermera». Buscan «trabajar de forma conjunta para lograr un mayor desarrollo del colectivo en todos los ámbitos (profesiona­l, laboral, académico, científico, gestión…) y reclamar las mejoras que necesita para poder prestar su labor asistencia­l».

►El Papa denunció ayer la «actitud miope» de la baja natalidad de las sociedades occidental­es, al tiempo que lamentó la «periferia existencia­l» de los que quieren tener un hijo «pero no pueden», por lo que pidió políticas que apoyen a las familias «más allá de los intereses partidista­s e ideológico­s». «El tema de la natalidad es una verdadera emergencia social.

No es inmediatam­ente perceptibl­e, como otros problemas que ocupan las noticias, pero es muy urgente: cada vez nacen menos niños y eso significa empobrecer el futuro de todos: Italia, Europa y Occidente están empobrecie­ndo su futuro», señaló el Papa en un evento sobre el futuro demográfic­o y la crisis de la natalidad en Italia.

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Una de las concentrac­iones protagoniz­adas ayer por un colectivo que suma más de 300.000 integrante­s
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EFE

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