Los gestores administrativos y la colaboración social
Fernando Santiago Ollero, presidente del Ilustre Colegio Oficial de Gestores Administrativos de Madrid, presenta detalladamente los requisitos para formar parte del colectivo
AunAun cuando la denominación de gestor administrativo data del siglo pasado, en concreto del año 1933, los gestores administrativos llevamos desempeñando una labor de colaboración con nuestro entorno desde hace más de 6 siglos. Nuestros antecesores, los solicitadores, ya jugaban un papel importante en la Corte para ayudar a los ciudadanos en sus relaciones con la administración de entonces, convirtiéndose en un elemento tanto más importante cuanto más compleja era la elaboración de los expedientes.
Si bien en el derecho portugués y en el británico se mantienen ciertas competencias de los solicitadores que podrían asimilarse al papel que jugamos los gestores administrativos, no hay en Europa ni en otro lugar del mundo una profesión equiparable a la nuestra. Tanto es así que hemos decidido acudir al parlamento europeo para poner en valor nuestra actividad y procurar que la misma se extienda en los países pertenecientes al tratado. Una iniciativa que parece acogerse con receptividad por la creciente complejidad normativa que la UE está generando en la actualidad.
El papel del profesional
Para aquellos que en estos momentos todavía no nos conozcan, les haré una breve exposición de quienes somos. Pero permítanme empezar por lo más amplio para ir a lo concreto. Muchos de ustedes, en su papel de ciudadanos que se relacionan con las administraciones para el pago de impuestos, solicitud de certificados, compra de casa o coche, han acudido a su gestor o a su asesor fiscal para que les ayuden con unos trámites ciertamente complicados para quienes no están habituados a ellos (les confesaré que a menudo lo son también para quienes lo estamos). Como autónomos o empresarios lo han hecho también, para dar de alta su empresa, pagar los IVA, para las altas y pagos de la seguridad social o para la llevanza de sus libros, también han acudido, con seguridad, a su gestor o asesor. Y si no lo han hecho, seguro que se han cruzado con un conocido en algún momento que les ha dicho que iba «a hablar con su gestor». En este papel de gestor nos encontramos a un amplio elenco de profesionales, con mayor o menor formación (nada hablo de su preparación para el desempeño de la profesión), que ofrecen sus servicios a terceros de cara a resolver todo o parte de los servicios antes señalados. Sin regulación ni más obligaciones.
Aparte, nos encontramos con los gestores administrativos que, dentro del amplio espectro de los gestores, están sometidos a una serie de requisitos de entrada y para el ejercicio permanente de su profesión establecidos para la protección del cliente. Veremos que tanto requisito también va a servir para dar seguridad a las administraciones en lo referido a su relación con los ciudadanos a través de estos profesionales del sector.
Para ser gestor administrativo, el candidato tiene dos caminos. El primero, parte de contar con
una licenciatura en derecho, en ciencias económicas o empresariales o en ciencias políticas. En el caso de disponer de un grado, en lugar de la licenciatura, el candidato deberá haber hecho uno de los masters universitarios adscrito a la rama del conocimiento de las Ciencias Sociales y Jurídicas y vinculado al ámbito disciplinar de alguna de las licenciaturas antes señaladas. Con este requisito cumplido, podrá acceder a las pruebas de acceso a la profesión convocadas por la Secretaría de Estado de la Función Pública. Una vez superadas, habrá de colegiarse en uno de los 22 Colegios de Gestores Administrativos existentes en España.
El segundo camino consiste en realizar con éxito alguno de los Masters Universitarios en Gestión Administrativa reconocidos por el Consejo General de los Colegios de Gestores Administrativos. Así, para ejercer como gestor administrativo, deberá también colegiarse.
El requisito de colegiación comporta derechos y obligaciones transcendentales y diferenciadoras respecto al resto de colectivos competidores. En primer lugar, supone la suscripción obligatoria de un seguro de responsabilidad civil que, en caso de error o de mala práctica, restituirá los posibles daños causados al cliente. Además, habrá de someterse a un código ético y a comités de disciplina que podrían expulsarles de la profesión. Vemos, por tanto, que la colegiación supone una vigilancia permanente del buen hacer del gestor administrativo o, en caso contrario, el resarcimiento y/o la sanción disciplinaria correspondiente.
Por otra parte, los Gestores Administrativos, como colaboradores sociales, llevan años formalizando encomiendas de gestión y convenios que les permiten establecer canales directos con las diferentes administraciones de cara a facilitar los trámites de los ciudadanos, de forma eficaz y rápida y, en consecuencia, más económica para aquellos, dadas las reducciones de costes que suponen estos canales.
El alto grado de conocimiento, experiencia y fiabilidad de nuestro colectivo, permite a las administraciones descansar, cada vez más, en su apoyo en los gestores administrativos, en lo que supone una clara apuesta por la digitalización de las administraciones desde nuestra actividad.