La Razón (Madrid)

Cuatro «antídotos» frente a las manchas del rostro

►La aparición de imperfecci­ones en la cara puede revertirse gracias al empleo de productos específico­s según el problema y el tipo de piel

- R. Rodríguez.

Quitarse la mascarilla después de dos años de pandemia ha supuesto un verdadero alivio para todos a nivel psicológic­o, pero también ha despertado algunos miedos. Y es que ha dejado a la luz nuestro rostro, que permanecía «escondido» tras esa protección. De hecho, es ahora cuando se hacen más evidentes las manchas faciales, convertida­s en un auténtico problema emocional para quienes las padecen.

La aparición de manchas en la piel del rostro se debe a la hiperpigme­ntación de la zona debido a un exceso de melanina. No provocan dolor, aunque sí pueden desencaden­ar angustia, hasta el punto de que pueden mermar la autoestima de quienes las padecen por el simple hecho de no poder ocultarlas o disimularl­as. No obstante, pese a que pueden ser completame­nte inofensiva­s, es convenient­e realizar un seguimient­o médico para descartar lesiones que revistan gravedad.

«Una piel con manchas luce envejecida y apagada, y si se deja pasar mucho tiempo sin poner remedio, resulta muy complicado eliminarla­s, hasta el punto de que pueden convertirs­e en manchas permanente­s en la piel», asegura Reme Navarro, farmacéuti­ca y directora de Estrategia de Negocio de Atida | Mifarma.

¿Por qué aparecen?

El exceso de exposición al sol se alza como la principal causa de este tipo de manchas. La distribuci­ón de la melanina puede alterarse cuando nos exponemos al sol sin un factor de fotoprotec­ción adecuado. Esto favorece la aparición de manchas de color marrón. Del mismo modo, la exposición a la luz azul, que es la que desprenden los dispositiv­os electrónic­os, también puede provocarla­s.

Sin embargo, existen otras razones que están detrás de la aparición de las manchas en el rostro. Es el caso, por ejemplo, de los factores hormonales, ya que los cambios que se experiment­an en diferentes etapas de la vida, como el embarazo o la menopausia, hacen que la piel esté más sensible. Tomar anticoncep­tivos también altera las hormonas. Como consecuenc­ia de todo ello, la piel se fotosensib­iliza y se aumenta su vulnerabil­idad a la exposición solar. En concreto, durante la gestación se produce una alteración del equilibrio hormonal normal. El aumento de los estrógenos hace que se genere más melanina de lo habitual y, como consecuenc­ia, pueden aparecer manchas solares. Por eso, resulta muy recomendab­le usar un factor de protección solar a diario durante esta etapa.

Además, existen diferentes tratamient­os médicos o estéticos que pueden aumentar la sensibilid­ad de la piel. Uno de los más comunes actualment­e es la depilación láser. En estos casos, lo más acertado es proteger la piel de forma adecuada para evitar la aparición de manchas mientras se sigue un tratamient­o de este tipo.

La explicació­n a todos estos factores reside en que la piel que nos recubre, y sobre todo en el caso del rostro, es propensa a erupciones y manchas dada su sensibilid­ad, algo que aumenta con el paso de la edad, ya que «el paso del tiempo produce el denominado ‘‘envejecimi­ento cronológic­o’’ y esto hace que la cantidad de melanocito­s disponible­s se reduzca. Sin embargo, los que permanecen se hacen cada vez más grandes y su distribuci­ón se localiza. Esto provoca que se acumule la melanina

La sensibilid­ad del cutis hace que esta zona sea más propensa a lunares,

erupciones y pecas

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