San Isidro en el Jesús Maestro
El viernes tuve la fortuna de que mi sobrina Carlota (a la que adoro) me invitara a la Zarzuela (más bien, miscelánea) que representan en su colegio el Jesús Maestro, en el barrio de Chamberí, junto al remozado estadio Vallehermoso, sus alumnos de 1º y 2º de la ESO y algunos voluntarios de Bachillerato. Pasé una tarde deliciosa junto a mi mujer y mis cuñados, admirando una puesta en escena realmente primorosa. Este artículo quiero que sea un humilde homenaje a esos colegios que van más allá de enseñar ciencia y que también se ocupan de la conciencia. Y un homenaje también a todos los Maestros vocacionales (los de verdad) en la persona de la profesora M.ª Jesús Astorga, que ha hecho un trabajo titánico con resultados excelentes.
Nos deleitaron con escenas de zarzuelas conocidas con coreografías muy atinadas. Al presenciar las piezas elegidas, me di cuenta de que la profesora Astorga, además de lograr que todos los participantes se diviertan y, por ende, diviertan a quienes asistimos, intenta transmitir unos valores: trabajo en equipo, superar la timidez, conocer y amar la cultura madrileña y, en consecuencia, la cultura española, y demostrar todo lo que se puede conseguir con esfuerzo e ilusión. He tenido la oportunidad de acudir a alguna celebración de este excelente colegio en Navidad, sobre todo cuando mi sobrino Pablo era más pequeño. El amor por el alumnado y la obra bien hecha son santo y seña del claustro de profesores del Colegio «Jesús Maestro». Por ello, mi agradecimiento a su labor, callada, incomprendida, nunca bien pagada, que me hace concebir –como profesor universitario– esperanza en el futuro de la sociedad española. Homenaje que, en la persona de Elena Abolafia, hago extensivo también a todos los tutores de colegios (públicos y privados) que con enorme dedicación se ocupan de nuestros hijos. Gracias.