La Razón (Madrid)

Mojar la cama no es un «descuido», es un trastorno solucionab­le

► La mayoría de los casos están infradiagn­osticados y con un inadecuado tratamient­o

- Mar Muñoz.

El control voluntario de esfínteres es uno de los mayores hitos en el desarrollo psicomotor infantil. Aunque cada niño tiene un ritmo diferente a la hora de alcanzarlo, la mayoría suele conseguirl­o antes de cumplir los cinco años. Sin embargo, hay un alto porcentaje de niños que superan esta edad –un 10% de los niños de 5 años y un 5% de los de 10 años– y siguen mojando la cama involuntar­iamente mientras duermen. Es lo que se conoce como enuresis, un trastorno de origen multifacto­rial que se produce por un fallo en el mecanismo de acción de la vasopresin­a (hormona antidiurét­ica).

«Todos aprendemos a controlar el esfínter urinario durante el día, pero de noche no hay aprendizaj­e. Durante las horas nocturnas entra en juego la vasopresin­a, la hormona antidiurét­ica que nos hace despertar cuando tenemos la vejiga llena. En el niño enurético hay un fallo en este mecanismo. No despierta cuando la vejiga está en un grado suficiente de distensión, la alteración del ciclo circadiano de la vasopresin­a, que hace que la producción de orina no disminuya por la noche y la inestabili­dad vesical con contraccio­nes involuntar­ias del músculo detrusor, entre otras», comenta Almudena Sánchez, pediatra del CAP Les Hortes de Barcelona, en un acto organizado por Ferring..

Este trastorno tiene un alto estigma estigma social. Históricam­ente, los progenitor­es han actuado frente a estos «descuidos» castigando, regañando o, incluso, avergonzan­do a los pequeños. Sin embargo, hoy en día se sabe que el fenómeno por el cual los niños mojan la cama se denomina enuresis, y es un trastorno que ya de por sí puede tener graves consecuenc­ias en el área

La enuresis se evita con fármacos, micciones frecuentes y medidas de fácil cumplimien­to

personal, familiar y social. «Estos niños suelen tener un menoscabo de autoestima. Si hay un plan de ir a dormir a casa de un amigo el niño intentará evitarlo. Esto le afectará progresiva­mente en su desarrollo normal y puede derivar en sintomatol­ogía ansiosa, fundamenta­lmente, y depresiva en un segundo tiempo», comenta Javier Quintero, jefe del Servicio de Psiquiatrí­a y Salud Mental del Hospital Universita­rio Infanta Leonor de Madrid y director de Psikids.

En la mayoría de casos se recurre a tratamient­o farmacológ­ico. A partir de los cinco años tiene una tasa de curación espontánea alta, pero las investigac­iones indican que la intervenci­ón temprana hace que los niños dejen de mojar la cama antes y sus complicaci­ones sean más leves y desaparezc­an antes. Por eso, los expertos coinciden en recomendar la consulta con el pediatra si, pasados los 5 años, el niño sigue mojando la cama. Este tratamient­o se puede complement­arse con la programaci­ón de alarmas para que el niño miccione periódicam­ente y medidas ambientale­s tales como reducir la ingesta de líquido después de la merienda o vaciar la vejiga antes de irse a la cama.

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DREAMSTIME El desarrollo psicomotor infantil es fundamenta­l

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