La Razón (Madrid)

Una copa para Santos Borré

► El colombiano marcó el gol del empate para el Eintracht y el penalti decisivo para que ganara la Liga Europa. Trapp evitó la victoria del Rangers en la prórroga y en la tanda desde los once metros

- Domingo García.

HaceHace 40 años el nombre de John Hewitt se grabó para siempre en la memoria del fútbol escocés. Fue el autor del gol decisivo para la victoria del Aberdeen contra el Real Madrid en la final de la Recopa de 1983. En España pensábamos que aquel era el equipo de Gordon Stracham, aquel centrocamp­ista pelirrojo de la selección escocesa que se había hecho notar en el Mundial 82, pero ahora se recuerda como el equipo de Alex Ferguson, que saltó desde aquel equipo para convertirs­e en Sir y en leyenda a la vez en el Manchester United.

Aquel fue el último título de un equipo escocés en el continente. El Celtic lo intentó en Sevilla en 2003. La misma ciudad y la misma competició­n, pero se cruzó con el Oporto de Mourinho, que entonces sólo era el hombre que había llegado a Barcelona como traductor de Bobby Robson y que comenzaba su carrera como entrenador.

Aribo, el delantero nigeriano del Rangers, pensó en ser como Hewitt cuando puso por delante a su equipo. No había muchos argumentos para el gol de ninguno de los dos equipos, pero la desgracias de la defensa del Eintracht y el acierto de Aribo sirvieron para que el Rangers se pusiera con ventaja. Sow rozó la pelota con la cabeza y obligó a rectificar la carrera de Tuta, que se resbaló y dejó solo en carrera al jugador nigeriano contra Trapp.

Hasta entonces, el peligro para la portería del Eintracht lo había llevado Tavernier por la banda derecha, aunque al atípico lateral escocés le faltó precisión en sus centros para que sus llegadas preocupara­n de verdad a los futbolista­s alemanes.

La precisión sí la tiene Kostic en su pierna izquierda. El serbio, que juega con el «10» en el Eintracht, puso la pelota en el área pequeña para que rematara Santos Borré el tanto del empate. La defensa del Rangers dejó pasar el balón y el colombiano no perdió la ocasión de llevar el partido al punto de comienzo.

La prórroga no solucionó nada a pesar de la insistenci­a del Eintracht, que avisó en un disparo de Jakic. Pero la ocasión más clara fue para el Rangers cuando acababa el tiempo extra. Roofe, que acababa de entrar en el campo, corrió para salvar una pelota que se escapaba por la línea de fondo y llegó a tiempo de poner un pase atrás para Kent. Parecía que sólo tenía que empujarla, pero ahí estaba Trapp, el guardameta alemán, para salvar a su equipo. Y volvió poco después para detener un lanzamient­o de falta de Tavernier, más colocado que fuerte.

Todo parecía un calentamie­nto para los lanzamient­os desde el punto de penalti. Enfrente, en la portería del Rangers, estaba McGregor, un señor de 40 años. La razón decía que había más posibilida­des para el equipo alemán, que encontró un aliado en Aaron Ramsey. El futbolista que un día se hiciera célebre porque cada gol suyo iba seguido del fallecimie­nto de un famoso lanzó el penalti al centro y blandito. Trapp despejó con los pies y el Rangers empezó a decir adiós a la posibilida­d de volver a ganar un título europeo.

Los goles de Kostic, aunque McGregor llegó a tocar la pelota, y de Santos Borré dieron el título al Eintracht. El colombiano, con pasado en el fútbol español, es el nuevo héroe del equipo alemán, que el año próximo estará en la Liga de Campeones.

Borré lo hizo todo para que ganara el Eintracht. Marcó el gol del empate y el penalti decisivo en la tanda. Hewitt, el delantero escocés que impidió que Di Stéfano ganara la Recopa como entrenador del Real Madrid, sigue buscando un heredero.

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Santos Borré celebra después de marcar el penalti decisivo
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