El Gobierno rechaza de plano ampliar la vida de las nucleares
► La Unión Europea, patronal y sindicatos sí piden dar más peso a esta tecnología
La vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha rechazado ampliar la vida útil de las centrales nucleares cuando se cumple un año de la escalada eléctrica y del alza disparada de los precios energéticos. Al ser cuestionada sobre el calendario de cierre, que se prevé que se produzca en 2035, Ribera ha indicado que no contempla variaciones al respecto. La Comisión Europea propuso el pasado miércoles aumentar la participación de las centrales de carbón y las nucleares en el «mix» energético como parte del paquete de medidas REPower EU, que busca reducir la dependencia de los combustibles fósiles rusos en dos tercios durante el presente ejercicio para eliminar las importaciones de Moscú a final de la década.
Sobre esta cuestión también se ha pronunciado esta semana el secretario general de UGT Fica (la federación de Industria, Construcción y Agro del sindicato), Pedro Hojas, que ayer pidió ampliar el calendario de cierre de las centrales nucleares debido a la «situación energética que existe actualmente en Europa» y por la «garantía de suministro que ofrece esta tecnología». Asimismo, también ha habido pronunciamientos por parte del Partido Popular (PP) y de Ciudadanos para ampliar el calendario de cierre de las nucleares en España.
Los empresarios se han mostrado firmes partidarios de seguir utilizando las centrales nucleares y han achacado el alza de los precios eléctricos a «una mala planificación de la estrategia energética española», que ha incluido el cierre de centrales nucleares y de plantas de carbón, mientras que se abren en otros países europeos. La patronal CEOE apunta que «Francia es un 70% nuclear», a la vez que «en Holanda se está construyendo una planta nuclear», mientras que «en Reino Unido van a pasar del 15 al 25% en energía nuclear, y en Bélgica se está gestionando también el tema nuclear».
Pese a todo, el Gobierno sigue en contra de que se considere «taxonomía verde» la energía nuclear y el gas natural, aunque ha aceptado que se invierta en ellas de manera transitoria mientras se lleva a cabo el «complicado camino» de la transición energética para alcanzar la neutralidad climática.
La secretaria de Estado de Energía, Sara Aagesen, recalcó que se deben dar «señales claras a los inversores de que esto no es verde y no contribuye a llegar a la neutralidad climática». «Apostar por las nucleares es algo que no hacen ni las empresas y por el gas ya apostamos en su día, y por eso tenemos seis regasificadoras y un gaseoducto de entrada de gas desde Argelia», manifestó.