Foro de Davos
ElEl Foro de Davos ha perdido su blanca piel. Después del parón por la Covid presenta un verde primaveral. El cambio climático es el mayor riesgo que apreciaban a principios de año la mayoría de los expertos, directivos de empresas y líderes mundiales según el Informe de Riesgos Globales. Tras la crisis medioambiental, surgen como principales peligros la continua erosión de la cohesión social, crisis de subsistencia, las enfermedades infecciosas y el deterioro de la salud mental. Como va el mundo esto es lo menos extraño. Es llamativo que, en esta encuesta realizada a principios de febrero, solo aparecería como amenaza, y en último lugar, las confrontaciones geoeconómicas y geopolíticas. Ni una mención a la posibilidad de una guerra, mucho menos iniciada por una superpotencia. Todo cambia en un parpadeo.
El presidente de Ucrania, Zelensky, efectuará el discurso de apertura. Una oportunidad para pasar la bandeja y conseguir apoyos y fondos para la reconstrucción. La Gran Recesión zarandeó a la globalización, dio un mayor protagonismo a China, debilitó Occidente, se frenó la lucha contra la pobreza y aumentó la desigualdad. La Covid trajo nuevas grietas con la interrupción de la producción y las cadenas logísticas. Los confinamientos y cuellos de botella reabrieron fisuras en el comercio, retornaron las políticas proteccionistas, la inflación y las tensiones energéticas. Con la invasión rusa de Ucrania, se añade inseguridad, fragmentación en bloques y escasez de alimentos, como cereales. Por Davos pasarán cincuenta dirigentes internacionales a la búsqueda de focos. Señalarán los desafíos como quien apunta a la Luna y, aunque sea primavera, el deshielo que queda arrastrará las palabras a la espera del próximo año, casi sin dejar huella.