La Razón (Madrid)

La dura confesión de Jared Kushner

- Elena Barrios

ElEl próximo 27 de agosto salen a la luz las esperadas memorias de Jared Kushner, yerno de Donald Trump. Bajo el título «Breaking History: A White House Memoir», el libro promete revelar algunas de las anécdotas vividas por el empresario y su familia en el Ala Oeste de la Casa Blanca, durante el mandato del magnate.

Kushner, que en este tiempo fue asesor del que ha sido el cuadragési­mo quinto presidente de los Estados Unidos, ha confesado que en octubre de 2019 le diagnostic­aron cáncer de tiroides en uno de sus viajes de trabajo y, lo que es aún más impactante, que luchó contra la enfermedad prácticame­nte en secreto.

El empresario tan solo se lo contó a su mujer, Ivanka Trump, a sus dos secretaria­s y a Mick Mulvaney, jefe de personal de la Casa Blanca, según revela «New York Times». El diario estadounid­ense recoge algunos fragmentos de sus memorias en los que relata al milímetro cómo vivió el que ha sido el momento más delicado de su vida.

«En la mañana que viajé a Texas para asistir a la inauguraci­ón de una fábrica de Louis Vuitton, el doctor de la Casa Blanca, Sean Conley, me llevó a la cabina de asistencia médica del Air Force One», comienza el relato sobre su enfermedad al que ha tenido acceso el citado medio. Jared narra cómo el especialis­ta le informó del delicado estado de su salud: «Ya tenemos los resultados de Walter Reed, parece que tienes cáncer. Tenemos que programar una cirugía cuanto antes». Entonces, el asesor le rogó a Conley que esperara y acudiera a su oficina al día siguiente: «Por favor, no se lo cuentes a nadie, sobre todo a mi mujer y a mi suegro», le pidió. Kushner consiguió que la informació­n nunca se filtrara. Él explica ahora, en sus esperadas memorias el motivo de tanto «secretismo»: «Era un problema personal y no de consumo público, con la excepción de Ivanka, Avi, Cassidy –sus dos ayudantes– y de Mick Mulvaney –jefe de personal de la Casa Blanca–».

El cáncer fue detectado en el momento justo, relata el empresario, pero implicaba una cirugía para «quitar una parte sustancial del tiroides»; de hecho, le advirtiero­n que su voz podía quedar dañada tras la intervenci­ón. El marido de Ivanka Trump fue operado en el NewYork-Presbyteri­an Hospital. Allí, un prestigios­o doctor le aseguró que la operación era necesaria para «eliminar un crecimient­o poco habitual del tiroides», y el quirófano se programó para «el viernes anterior a Acción de Gracias», es decir, para el 22 de noviembre de 2019. «Ese día pretendía perder la menor cantidad de tiempo posible en la oficina. Mi ausencia pasaría incluso desapercib­ida. Así es como quería hacerlo», recuerda ahora.

Según revela en su biografía, Kushner trató de pensar lo menos posible en la operación y en el crecimient­o del tiroides. «Cuando pensaba en ello, me recordaba a mí mismo que estaba en las manos de Dios y de los médicos, y que cualquier cosa que ocurriera estaba fuera de mi control. Por momentos, me cogía a mí mismo preguntánd­ome si llegaría a necesitar un tratamient­o más exhaustivo», reflexiona.

Pero, finalmente, sus intentos porque el presidente Donald Trump no se enterara de su dolencia f ueron en vano. «El día antes de la operación, Trump me llamó al Despacho Oval y pidió a su equipo que cerrara la puerta. ‘‘¿Estás nervioso por la operación?’,’ me preguntó». Ante la sorpresa de Kushner, que le preguntó cómo lo sabía, su suegro le contestó: «Soy el presidente. Lo sé todo. Entiendo que quieras mantener un perfil bajo con esto. A mí también me gusta guardarme cosas como estas. Vas a estar bien, no te preocupes por nada del trabajo. Tenemos todo controlado por aquí».

Durante el mandato de su suegro, Jared Kushner fue uno de los hombres más populares y valorados del país, a pesar de que en sus inicios fue criticado por los expertos por su falta de formación y experienci­a. Por problemas legales su imagen fue perdiendo fuelle y su influencia sobre Trump también. Casado con Ivanka Trump desde octubre de 2009, y con tres hijos: Arabela, Joseph y Theodore, tras su salida de la Casa Blanca, viven en Miami, lejos de la política y de una forma mucho más discreta que en Washington.

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REUTERS El marido de Ivanka Trump, que ejerció de asesor del expresiden­te Donald Trump, ocultó su dolencia mientras trabajaba en la Casa Blanca

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