Seco, seco, seco
PrimeroPrimero el dato: dos de la principales cuencas hidrográficas españolas se encontraban a principios de esta misma semana al 25 y al 26 por ciento. Se trata, para más señas, de las del Guadalquivir y las del Guadiana, respectivamente, mientras que la reserva global de agua en todos los pantanos está muy por debajo de la media de los años más recientes durante estas mismas fechas, y tienen 11.000 hectómetros cúbicos menos que en la última década (hay ahora 23.523 frente a 34.482) y bajando.
Además, quedan los últimos días de julio, todo agosto y gran parte de septiembre, que no suelen ser lluviosos precisamente. El que las cuencas del Guadalquivir y Guadiana estén en esos niveles quiere decir que prácticamente no hay agua, porque una parte de esos porcentajes no son utilizables, ya que más que agua, lo que hay es barro.
Y encima están las temperaturas tan altas que se registran, lo que contribuye a agravar el problema. La situación en el campo es mala: la cosecha de cereales de otoño invierno se ha visto muy tocada, con una importante reducción; en el caso de la uva para vinificación va a pasar tres cuartos de lo mismo y en el de la aceituna para almazara la floración se fue al garete y ahora el cuajado del fruto se está viendo muy deteriorado y ya se habla de que la producción podría quedarse en 1 millón de toneladas de aceite (hace unos años se llegó a casi 1,9 millones).
Además, no hay agua suficiente para regar los cultivos y está el problema del abastecimiento para el consumo humano. Pero la cosa no se queda solo ahí, porque si falta el agua o los niveles de los pantanos están muy bajos, no se puede producir energía proveniente de la tecnología hidráulica, justo en estos momentos, en los que haría mucha falta para disponer de más fuentes de abastecimiento y para que bajen los precios de la luz. En resumidas cuentas, un panorama poco halagüeño que no tiene visos de cambiar a corto plazo.
Y que todo esto se suma a otra serie de graves problemas económicos y políticos que amenazan la economía y que aventuran una vuelta de verano más que complicada. Pero, mucho cuidado, que antes de septiembre está agosto, mes en el que suceden muchas cosas y muy importantes.