La tila, muy fría
ChavesChaves y Griñán bailan juntos este vals, pero el que tiene que entrar en el talego, perdió el paso en el último compás de la Justicia. Cuando los magistrados del Supremo concretaron que sí, que no habría marcha atrás, la realidad les jodió de verdad el verano. Lo que queda es la triste espera de pisar la prisión o que te salve algún amigo. Mala cosa eso de sentarse, mirar el reloj y saber que en uno de esos minutos anidan el malestar, el dolor y la condena. Nicolás Salas me contó que se pasó un verano en Sevilla cuando era director allí de ABC con un litro de tila en la nevera y una pistola encima de la mesa porque los de la ETA le dijeron que a septiembre no llegaba vivo. No es lo mismo esto del trullo, pero ya dijo Griñán que si se confirmaba la sentencia su vida acabaría. Salas sobrevivió al terror y al calor, y yo estoy convencido de que el expresidente de la Junta también saldrá de este trance vivo, porque Pedro
Sánchez, experto en saltarse a la Justicia, saldrá en su ayuda
Sánchez, experto en cargarse la democracia y en saltarse a la Justicia saldrá en su ayuda. Ya lo hizo con los señores catalanes que proclamaron la «independencia» a los que les salvó el culo y los puso en la calle. Con los andaluces deja la puerta abierta para cagarse encima del Supremo, no van a pagar «justos por pecadores». Del resto de condenados, también altos cargos de la Junta, ni pío, siempre hubo clases, y no mezclemos la turista con los que malversaron en primera. Es mezquino cómo se usa una vara de medir distinta para unos y otros, aunque la Justicia dejó claro cómo la política se utilizó para comprar voluntades, crear una red clientelar con la que mantener un cortijo casi 40 años y repartir cerca de 700 millones de dinero público a las «criaturitas» afectas al régimen del PSOE.
Impunidad, honestidad, honradez; dan ganas de tomarse una tila bien fría y no mirar el reloj.