Macron rehabilita a Bin Salman con una cena en el Elíseo
► Primera gira europea del príncipe heredero saudí tras el asesinato de Khashoggi
era de esperar, la visita del príncipe heredero saudí Mohamed Bin Salman (MBS) a París ha llegado cargada de polémica y con una clara división en la clase política entre quienes la critican profundamente y quienes entienden que en la coyuntura internacional actual más vale tragarse algún sapo. Bin Salman llegaba a París tras entrevistarse con el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, en su primer viaje a la UE tras el asesinato en 2018 del periodista Jamal Khashoggi por agentes saudíes en su consulado de Estambul y que viene a consolidar la gran rehabilitación en el plano internacional que se está haciendo de su figura, sobre todo a partir de la visita de Joe Biden hace dos semanas a Arabia Saudí. La reunión entre Macron y MBS tenía forma de cena de trabajo en el Palacio del Elíseo y, según la presidencia francesa, ambos mandatarios tenían previsto abordar temas como el abastecimiento de energía y el programa nuclear iraní, el mayor rival regional de Riad.
La coyuntura de la guerra en Ucrania y los precios de la energía han proporcionado el escenario perfecto para la vuelta de MBS a la escena internacional cuatro años después de aquel crimen que llegó a ser calificado como un «asesinato extrajudicial del que Arabia Saudí es responsable» por la ONU y del que la inteligencia estadounidense afirmó que Bin Salman lo «aprobó» directamente. El asesinato de Khashoggi provocó la indignación mundial no solo porque se eliminara a un importante disidente, sino también por la manera: estrangulado y desmembrado desmembrado con una sierra.
El grupo parlamentario de Macron defendió la visita como una «necesidad absoluta». Aurore Bergé, jefa de filas de Renacimiento, significó que la coyuntura de la guerra de Ucrania y la crisis energética obliga a hablar con «todos los interlocutores posibles de los países del Golfo», matizando, eso sí que «esto no significa que se olviden otros asuntos esenciales en cuanto a derechos humanos». Difícil equilibrismo entre principios y necesidades en muchas de las justificaciones que han ido explicando diputados de la mayoría. La oposición, especialmente la coalición de izquierdas, se ha mostrado muy crítica con la visita. El líder ecologista, Yannick Jadot, señaló: «En el menú de la cena entre Macron y MSB ¿estará el cuerpo desmembrado de Khashoggi?». El eurodiputado ultraderechista Gilbert Collard señaló que «para Macron el petróleo no tiene olor ni horror».
«Me preocupa profundamente esta visita por lo que supone para el mundo y para Jamal Khashoggi y las personas como él», opina Agnes Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional. Que lo reciban los líderes mundiales «es aún más chocante, si cabe, ya que muchos de ellos expresaron su condena (del asesinato) y se comprometieron a no integrar a Bin Salman».