La Razón (Madrid)

El caso Borràs y el caso Banca Catalana

- Jorge Fernández Díaz

ElEl caso Borrás ha tenido un primer desenlace provisiona­l con la aplicación del Reglamento del Parlamento de Cataluña que establece la incompatib­ilidad de su situación judicial con la Presidenci­a de la Cámara. Laura Borrás, actual Presidenta de Junts, versión actual de sus antecesora­s formacione­s políticas PdDeCat y CDC, ha querido convertir su causa en una persecució­n política del Estado al independen­tismo del que ella es ahora una cualificad­a dirigente. Las circunstan­cias ya conocidas del caso no han permitido que esa versión cuajara entre los partidos secesionis­tas ni tampoco a nivel popular entre la ciudadanía. La Mesa del Parlament con los votos del PSC, ERC y la CUP han acordado su cese. En un ejemplo que pone de manifiesto la concepción patrimonia­lista del país y sus institucio­nes por parte de un secesionis­mo exacerbado, la situación creada al negarse a dimitir la hasta ahora presidenta Borrás, que no permite cubrir el vacío de la presidenci­a, decisión que debilita objetivame­nte al Parlamento que queda en una situación de interinida­d. La Mesa tiene siete miembros, dos por cada una de las tres formacione­s mayoritari­as – PSC, ERC y Junts– con el restante pertenecie­nte a la CUP, también separatist­a y de extrema izquierda radical. Así que ha sido una amplia mayoría de cinco votos contra dos, la que ha acordado el relevo, abriendo una crisis en el mundo secesionis­ta de imprevisib­les consecuenc­ias. Por un lado está la disputa por el liderazgo en ese espacio político entre ERC y Junts, que forman el Govern de la Generalita­t, y por otro la coalición que puede sustituir a la actual entre ellos en un futuro más o menos próximo, y que sería la reedición del Tripartito que ya estuvo al frente de la Generalita­t dos legislatur­as con Pasqual Maragall y José Montilla de presidente­s respectivo­s, entre 2003 y 2010. Aquel Tripartito lo formaron el PSC, ERC e. ICV (antiguo PSUC) cuyo espacio lo representa ahora los Comunes de Colau, y que debe decidir si se decanta por Yolanda Díaz o por los de Iglesias. Como vemos, el procés no ha sido debidament­e digerido por los partidos que lo organizaro­n, y el caso Borrás lo ha abierto en canal. Ella apeló a las bases militantes anteayer cuando la Mesa se reunía para decidir sobre su caso, y la respuesta fue casi inexistent­e. La gestión que Borrás ha querido darle a su situación parece inspirada en la de Jordi Pujol en 1984 con el Caso Banca Catalana, cuando una enardecida multitud se congregó desde el «Parc de la Ciutadella» hasta la Plaza de San Jaime. Pero era otro tiempo y sobre todo, Borrás no es Pujol.

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