¿Por qué se calienta el planeta?
Cada vez tenemos más claro que el cambio climático es real, pero no todos saben qué ocurre realmente
El consenso sobre el cambio climático es abrumador y su velocidad muy
preocupante
Este calentamiento se produce por la actividad humana y las emisiones
industriales
EsEs bueno dudar de lo que parece incierto, pero ya va siendo hora de aceptar que el cambio climático es una realidad y que el consenso resulta absolutamente abrumador. De hecho, este artículo no dedicará espacio a argumentar (una vez más) cómo podemos saber que, efectivamente, el clima está cambiando a una velocidad preocupante. El cuerpo del artículo tratará de un tema relacionado, pero, en el fondo, completamente diferente: ¿por qué se calienta? Sabemos que el cambio climático está producido por la actividad humana, concretamente, por la industrialización. No por la actividad del Sol, ni por el vulcanismo, y, por supuesto, no es «otro cambio más, como los que han ocurrido en un pasado».
Cuando hablamos de cambio climático debemos pensar en gases de efecto invernadero, como el famoso dióxido de carbono. Hay otros, por supuesto, así el metano o el vapor de agua, aunque nos centraremos en el primero porque se ha ganado su fama a pulso. Y es que, ya en 1958, Charles Keeling detectó que el nivel de dióxido de carbono estaba subiendo año tras año en la atmósfera de manera inquietante. Él estaba intentando estudiar los cambios estacionales en el dióxido de carbono atmosférico y esperaba encontrar que los niveles bajaban en el verano, cuando las plantas estaban más activas y captaban más carbono, mientras que aumentarían en invierno. Todo apunta a que este incremento de las emisiones se debe a la actividad industrial humana, ya que las gráficas encajan y no parece que los procesos naturales (como el comentado vulcanismo) puedan explicar, ni remotamente, el ascenso que estamos experimentando.
El efecto invernadero
Ahora bien, ¿cómo funciona exactamente el dióxido de carbono? La respuesta tiene varias capas de complejidad y, si empezamos por la más sencilla (y manida), encontraremos una interesante contradicción. Se suele decir que el nombre de «efecto invernadero» ya nos da una pista y que lo que ocurre es que la radiación del sol atraviesa la atmósfera terrestre, calienta el planeta y no puede volver a escapar porque los gases de efecto invernadero hacen que rebote de nuevo a la superficie, como ocurre con los plásticos de un invernadero. Podríamos decir que es una simplificación adecuada sobre cómo actúan estos gases, pero así no es exactamente como el funcionamiento de un invernadero. Estas estructuras de plástico o cristal no es que retengan los rayos de sol en su interior, sino que retienen el aire que está recalentado y que, sin la cubierta del invernadero, ascendería y sería sustituido por aire más fresco.
Concretamente, en el caso del efecto invernadero, la radiación que queda atrapada es la infrarroja, que es el tipo de «luz» que transmite el calor, una «luz» invisible, menos energética que los colores que capta nuestro ojo, pero que está ahí como parte del llamado espectro electromagnético. De hecho, si queremos entender un poco mejor cómo funciona este calentamiento deberemos pensar en las características de las moléculas de los gases implicados.
Para retener la radiación infrarroja, estas deben estar cargadas eléctricamente, o que al menos se encuentren distribuidas de manera desigual a lo largo de su estructura, como ocurre con el agua. Ni el oxígeno ni el nitrógeno cumplen estas características y son los principales gases de nuestra atmósfera, pero los gases de efecto invernadero son tan eficientes que, a pesar de su baja concentración relativa, acaban siendo suficientes como para recalentar el planeta.
Por otro lado, hay algo más que afecta en todo el proceso, hechos que retroalimentan a su vez lo que ya está recalentado. El más famoso es el de la fusión de los casquetes polares: al aumentar la temperatura el hielo se funde y la superficie del planeta se oscurece, haciendo que retenga más calor (como una camiseta negra bajo el Sol), lo que aumenta la temperatura y se funde más hielo. El cambio climático es infinitamente más complejo que todo eso, por supuesto, pero con este par de ideas podemos hacernos una imagen bastante correcta de lo que está cambiando nuestro planeta.