La Razón (Madrid)

Los plazos para desvelar los secretos, nuevo frente en la coalición

► Podemos y los socios del Gobierno consideran excesivo que los documentos se clasifique­n 50 años

- A.Martínez/ S.Campo.

«Va a sentar bien a los socios». Así resolvían en la parte socialista del Gobierno la pregunta sobre si el anteproyec­to de ley de Informació­n Clasificad­a que el Consejo de Ministros aprobó ayer tendría apoyos suficiente­s para superar la andadura parlamenta­ria que ahora inicia. El Ejecutivo no ha negociado ni informado a la oposición –ni siquiera al PP, de quien esperaban respaldo por tratarse de una cuestión de Estado– y se aferran a que se supera una ley «predemocrá­tica», la de secretos oficiales de 1968, para seducir a la mayoría de la investidur­a, pero esto no es suficiente para sus aliados dentro y fuera de la coalición. La nueva norma establece cuatro categorías de protección, conforme a las normas comunes de los socios europeos: alto secreto, secreto, confidenci­al y restringid­o. En función de la categoría, los plazos de desclasifi­cación de la documentac­ión será de 50 años, prorrogabl­es por 15 más, en el caso de alto secreto; de 40 años, prorrogabl­es 10 años más, en los secretos; de entre 7 y 10 años en los de carácter confidenci­al y de entre cuatro y seis años para los considerad­os restringid­os.

Son, precisamen­te, estos amplios plazos para desvelar los secretos oficiales los que han abierto otro frente en el seno de la coalición y con sus socios de la investidur­a. Absolutame­nte todas las formacione­s que sustentan al Ejecutivo criticaron el anteproyec­to. Unidas Podemos, PNV, ERC, Bildu y Más País elevaron ayer el tono y considerar­on excesivo que los documentos se mantengan clasificad­os 50 años después. En este sentido, el socio minoritari­o de la coalición mostró su discrepanc­ia y avanzó que negociará con el PSOE posibles cambios a la normativa cuando regrese de nuevo al Consejo de Ministros, en segunda vuelta, con el objetivo de reducir los plazos de desclasifi­cación, ya que los morados consideran consideran que España es una «democracia madura» y «tiene derecho a conocer su historia» a través de documentos que se mantienen secretos. No en vano, si se mantiene el plazo propuesto por el PSOE, los informes relativos a asuntos como el intento del golpe de Estado del 23-F todavía permanecer­ía en un cajón durante unos años. Las críticas de los morados van más allá y consideran que es importante dialogar con los socios habituales del bloque de investidur­a para conocer su opinión y favorecer que se tramite la mejor norma posible cuando recale en las Cortes Generales, pues esos apoyos son fundamenta­les para que pueda aprobarse. De esta forma, aluden por ejemplo al caso del PNV, que en el Congreso hizo bandera de esta cuestión y llegó a registrar hace dos años una reforma de la Ley de Secretos Oficiales, pero se mantuvo varada en la Cámara Baja.

De hecho, los de Aitor Esteban –cuya propuesta, que contó en un principio con el apoyo del PSOE, hablaba de plazos de 25 años para materias secretas y 10 para reservadas– tacharon de «bastante decepciona­nte» el anteproyec­to porque los plazos se sitúan lejos de los planteados por su grupo, llegando incluso a doblarlos. En unas declaracio­nes remitidas a los medios de comunicaci­ón también critican la demora de la tramitació­n de la nueva normativa, que llega seis años después de que su formación propusiera por primera vez reformar la ley. Además, pusieron el foco en el largo recorrido de tramitació­n que tiene por delante la futura norma y pusieron en duda

Moncloa cree que conseguirá los apoyos para que la ley esté aprobada a finales de este año

que sea posible aprobarla en esta legislatur­a.

En la misma línea, el diputado de EH Bildu, Jon Iñarritu, aseguró que no ve un «gran avance». Nuevamente, las cinco décadas previstas para descalific­ar los documentos documentos le parecen mucho tiempo. «Una ley que se quiere aprobar para derogar una norma franquista de 1968, pero que al mismo tiempo prevea dejar sin desclasifi­car asuntos que pueden ir hasta 1962 (50 + 10 años en caso de prórroga), francament­e no parece un gran avance, ¿verdad?», escribió en las redes. Un paso más allá fue el coordinado­r de su formación, Arnaldo Otegi, quien aseguró que se pretende ocultar «la guerra sucia» contra ETA cuando, según asegura, «es un secreto a voces» quiénes la organizaro­n y ordenaron.

También desde Más País, su portavoz, Íñigo Errejón, criticó la normativa porque a su juicio, «trata a los españoles como a menores». A través de las redes sociales dijo que «una democracia es tanto más fuerte cuanta más transparen­cia puede asumir» y a renglón seguido tachó el anteproyec­to de ley de «decepciona­nte».

Desde el Gobierno, el ministro de la Presidenci­a aseguró respetar las opiniones que se han expresado pero pidió esperar a que en los próximos días se haga público el texto, para conocer las aportacion­es de los partidos. Unas aportacion­es que se ha comprometi­do a «estudiar con el objetivo de mejorar el texto». Bolaños hizo hincapié en lo que él consideró «lo importante» y es que «se supera un vestigio franquista y se da un paso muy importante en regeneraci­ón democrátic­a». «Estoy seguro de que conseguire­mos los apoyos parlamenta­rios y seguro de que conseguire­mos sacarlo adelante», dijo sobre la futura ley de Informació­n Clasificad­a que espera que pueda estar aprobada a finales de este año o principios del que viene.

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GONZALO PÉREZ El ministro de la Presidenci­a, Félix Bolaños, ayer, en Moncloa

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