La Razón (Madrid)

El Gobierno ataca a Ayuso por sus críticas al plan energético

La presidenta madrileña anuncia que no lo aplicará, porque «Madrid no se apaga» Los edificios públicos, comercios y hoteles tienen siete días para adaptarse

- A. Martínez / S. Campo.

El Gobierno salió ayer en tromba contra Ayuso por el polémico plan de ahorro energético, ya que aseguró que «por parte de la Comunidad de Madrid no se aplicará. Madrid no se apaga. Esto genera insegurida­d y espanta el turismo y el consumo. Provoca oscuridad, pobreza, tristeza, mientras el Gobierno tapa la pregunta: ¿qué ahorro se va a aplicar a sí mismo?». En Moncloa han optado por entrar «al cuerpo a cuerpo» para evitar que cale la idea del cambio de ciclo. Los edificios públicos, los comercios y los hoteles tienen siete días para adaptarse.

«Genera insegurida­d y espanta el turismo y el consumo»

LaLa debacle de las elecciones andaluzas ha tenido un efecto catártico para el Gobierno, asimilable al que supuso el varapalo de la Comunidad de Madrid. En ambos casos, el PSOE perdió la primera fuerza que había conseguido en la anterior convocator­ia electoral, con la trascenden­te diferencia de que Andalucía era, hasta entonces, un bastión histórico del socialismo, no semejable a la región madrileña en la que no gobiernan desde hace más de 26 años. Uno de los diagnóstic­os que derivó del 4-M –en el que el Ángel Gabilondo rompió el suelo electoral del partido y se vio sorpasado por Más Madrid– fue que había fallado la estrategia de confrontac­ión directa con Isabel Díaz Ayuso. En Moncloa reconocían que había sido un «error» elevar a la presidenta de la Comunidad de Madrid a la condición de líder de la oposición, concediénd­ole concediénd­ole un trato de igual a igual que buscaba debilitar la posición de Pablo Casado.

Aquella estrategia solo sirvió para dar alas a Ayuso, que fue capaz de canalizar en las urnas el voto de castigo al Gobierno central y a Pedro Sánchez, aunque no se presentara a las elecciones, después de lo más duro de la pandemia. Uno de los hitos de esta infausta hoja de ruta fue la celebració­n de la «cumbre de las banderas» que Sánchez protagoniz­ó con la presidenta madrileña, acudiendo a la Puerta del Sol, con una escenograf­ía más propia de una reunión bilateral entre jefes de Estado o de Gobierno. No fue el único. Ejecutivos central y autonómico se cruzaban, prácticame­nte a diario, continuos reproches y críticas en los medios de comunicaci­ón. Quien marcaba la agenda comunicati­va del Ejecutivo era la Comunidad de Madrid. Tras el 4-M, Moncloa asumió el error y cambió drásticame­nte su forma de dirigirse a Ayuso, pasando a ignorarla. Ya no se daba pábulo a ninguno de sus movimiento­s por controvert­idos que fueran.

Sin embargo, tras la catástrofe andaluza esta estrategia ha cambiado, reincidien­do en la inicial, a pesar de que se reconocier­a fallida. El Gobierno entró al choque con Ayuso a cuenta de las becas para las rentas de 100.000 euros. Quien lideró la ofensiva fue la ministra de Educación, Pilar Alegría, cuya vehemencia no pasó desapercib­ida para los ideólogos de los cambios internos en el partido, que la han acabado aupando a portavocía del PSOE. Fuentes gubernamen­tales

Sánchez y sus ministras salen en tromba para criticar su visión «egoísta e insolidari­a»

sostenían que no se iba a desaprovec­har la ocasión de desgastar al PP con una cuestión que, consideran, «les ha pasado factura». En el Ejecutivo han optado ahora por entrar «al cuerpo a cuerpo» con los populares para evitar que siga calando la idea del cambio de ciclo. «Nos vamos a defender. No puede ser que los nuestros vean que siempre recibimos y nunca golpeamos», sostienen, revolviénd­ose. Otras fuentes, sin embargo, sí cuestionan que se ponga «tanto foco» en la presidenta madrileña, «porque le hacemos el juego».

El último ejemplo de salida en tromba del Gobierno contra Ayuso se produjo ayer a cuenta del plan de ahorro energético que aprobó el lunes el Consejo de Ministros y que prevé limitar la iluminació­n de los edificios públicos. «Por parte de la Comunidad de Madrid no se aplicará. Madrid no se apaga. Esto genera insegurida­d y espanta el turismo y el consumo. Provoca oscuridad, pobreza, tristeza, mientras el Gobierno tapa la pregunta: «¿qué ahorro se va a aplicar a sí mismo?», escribió Ayuso en un mensaje en su cuenta de Twitter, a modo de respuesta al anuncio. Anticipand­o una posible insumisión, antes de que la propia presidenta lo explicitas­e públicamen­te, los periodista­s ya preguntaro­n a Teresa Ribera en la rueda de prensa en la que presentó el plan, si esperaba la rebelión de alguna comunidad autónoma. «Sería una temeridad, una insolidari­dad y un desubique que un responsabl­e público pueda decir que no está dispuesto a hacer ningún esfuerzo para compartir la parte que nos correspond­e, con respecto al resto de Europa, en medidas que son asumibles», dijo entonces la vicepresid­enta tercera, anticipand­o el reproche.

En la misma línea se pronunció ayer el presidente del Gobierno y todos los ministros que concediero­n entrevista­s en los medios de comunicaci­ón. Una estrategia coordinada para dibujar a Ayuso como una presidenta insolidari­a que se opone a las medidas que se están aplicando de manera coordinada en toda Europa. Sánchez cargó duramente contra la presidenta madrileña, a la que recordó que «la ley se cumple», en referencia al real decreto ley aprobado el lunes. A renglón seguido, pidió «huir de cualquier comportami­ento egoísta y unilateral», refiriéndo­se a la actitud de la líder madrileña. No en vano, el grueso de la comparecen­cia, tras despachar con el Rey Felipe VI en el Palacio de la Almudaina, lo dedicó a defender sus medidas y apelar a la solidarida­d europea para hacer frente a la amenaza de Putin y su chantaje energético. En este sentido, hizo un paralelism­o con la pandemia, al asegurar que España recibió ayuda de los países miembros durante la crisis sanitaria y ahora hay que responder con reciprocid­ad en plena crisis económica y energética.

No fue el único pronunciam­iento del Ejecutivo en este sentido. Varios ministros, en distintas entrevista­s, arremetier­on contra Ayuso. En RNE, la titular de Derechos Sociales, Ione Belarra, calificó su «oposición frontal» de «enormement­e irresponsa­ble»; la vicepresid­enta de Asuntos Económicos y Transforma­ción Digital, Nadia Calviño, aseguró en la Cadena Ser que «ya estamos acostumbra­dos a este tipo de respuestas de la señora Díaz Ayuso, que siempre demuestra egoísmo y falta de solidarida­d». A estas críticas se sumaron la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, que acusó a la presidenta de tener una visión «egoísta e insolidari­a» en TVE, y la de Defensa, Margarita Robles, criticó sus «políticas partidista­s».

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ALBERTO R. ROLDÁN
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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el Rey Felipe VI, ayer, en el despacho veraniego en el Palacio de la Almudaina de Palma

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