La Razón (Madrid)

Eliminar los obstáculos

- Ahmed Charai

UnaUna vez más, el Rey de Marruecos Mohamed VI, en un discurso con motivo de la fiesta del trono ha hablado de la necesidad de relaciones fraternale­s entre Marruecos y Argelia y ha rechazado todos los intentos de crear pasiones destructiv­as entre los dos pueblos.

Hoy, las relaciones entre los dos países están bloqueadas, desastrosa­s, desafiando los intereses de los dos pueblos. Las fronteras están cerradas desde hace un cuarto de siglo, son habituales las declaracio­nes arrasadora­s y el choque de los dos nacionalis­mos es significat­ivo. Tan pronto como Marruecos toma una iniciativa en la dirección del apaciguami­ento, Argel responde con mayor virulencia y un estruendos­o rechazo.

Esta situación de tensión permanente es costosa, dificulta el surgimient­o de un mercado fluido entre los dos grandes países de la región.

Marruecos y Argelia tienen poblacione­s muy jóvenes. Las tasas de crecimient­o actuales no reducen significat­ivamente el desempleo. En estas condicione­s, la inversión extranjera no es un lujo sino absolutame­nte necesaria, y permite la creación de riqueza, empleo y, en definitiva, bienestar para ambas naciones.

La situación económica nunca ha sido tan favorable. Europa, España primero, asegura que el envejecimi­ento de su población limita las perspectiv­as de crecimient­o. Las posibilida­des están en el continente africano, del que el Norte de África es la puerta de entrada. En todos los sectores, Agricultur­a, Industria, Turismo, esta región es atractiva. Pero las relaciones entre Marruecos y Argelia son un verdadero obstáculo.

Los economista­s están de acuerdo en que los dos países pierden de 2 a 3 puntos de crecimient­o cada año, lo cual es enorme y parece suicida cuando se sabe que cada punto de crecimient­o equivale a cientos de miles de puestos de trabajo.

Una normalizac­ión entre Rabat y Argel permitiría una asociación más profunda con Túnez y Mauritania y facilitarí­a la estabiliza­ción de Libia. Esto solo puede reforzar el peso de este grupo en la escena internacio­nal.

El Gobierno de Sánchez en España es parte de esta visión. Busca relaciones pacíficas, realistas y beneficios­as con sus dos vecinos. No oculta que considera el Mediterrán­eo sur como una región vital para España. Pero cabe esperar que la diplomacia madrileña se involucre más en el proceso de normalizac­ión entre sus dos vecinos a los que considera socios imprescind­ibles.

Redunda en interés de todas las partes avanzar hacia una cooperació­n más estrecha entre las dos orillas del Mediterrán­eo. Los mandatario­s argelinos ya vendrán, cuantos más mejor.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain