La actividad de la industria y los servicios se contrae
► La presión inflacionaria ralentiza en julio a las empresas de ambos sectores
La recuperación económica de nuestro país parece ser un espejismo, haciendo que el crecimiento de algunos sectores de la economía se ralentice o incluso muchos otros se lleguen a deteriorar.
En este sentido, pese a que la actividad del sector servicios en España aumentó en julio por sexto mes consecutivo, este fue a un ritmo más lento que en junio y además supuso un «deterioro de las expectativas de futuro» por la elevada inflación que está azotando actualmente el país. Así, el índice PMI de S&P Global se situó en 53,8 puntos, por debajo de los 54 de junio, pero aún por encima de los cincuenta que separan el crecimiento de la contracción.
En lo que respecta a las empresas de este sector, volvieron a reportar un aumento de los
53,8 puntos se registraron en julio en la actividad servicios, por debajo de los 54 puntos de junio
pedidos por sexto mes consecutivo, aunque este fue «modesto» al realizarse menos pedidos procedentes del extranjero por una «creciente indecisión» de los clientes. Es por ello que las empresas de servicios del país continuaron mostrando su preocupación por la inflación, debido a la «presión» de las facturas de energía y otros suministros.
En lo que respecta a la demanda de la actividad manufacturera en España, esta registró un deterioro, tal y como refleja el índice de gestores de compra (PMI). Tanto es así que dicho índice bajó hasta los 48,7 puntos, desde los 52,6 del mes anterior y se sitúa por primera vez desde mayo de 2020 por debajo del umbral de los 50 puntos que separan el crecimiento de la contracción.
Por tanto, en julio, este sector experimentó la mayor caída de los nuevos pedidos en más de dos años y las empresas encuestadas informaron de que las ventas «se han desplomado debido a un entorno cada vez más incierto». Asimismo la falta de nuevos pedidos tuvo un impacto negativo en la producción, que mostró la primera contracción desde enero de 2021. En este sentido, las empresas están adoptando posiciones defensivas de cara a una potencial recesión económica en los próximos meses.
En la eurozona, la actividad de este sector se ralentizó en julio, ya que el índice cayó a 49,8 puntos, frente a los 52,1 de junio, siendo su peor lectura de los últimos 25 meses.