La Razón (Madrid)

Alarma en la comunidad internacio­nal

► El G-7 y la UE condenan las maniobras chinas y temen una escalada del conflicto

- L. Laplana.

La exhibición deliberada de la fuerza del Ejército Popular de Liberación, la víspera del primer día de sus simulacros con fuego real alrededor de Taiwán, alarmó a la comunidad internacio­nal. La Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) pidió que todas las partes hicieran lo posible mantener la calma, ya que las tensiones actuales podrían conducir a «graves enfrentami­entos, conflictos abiertos y consecuenc­ias imprevisib­les entre las principale­s potencias».

La ASEAN mantiene un encuentro esta semana en Camboya con los ministros de Asuntos Exteriores de 27 países, entre los que se encuentran China y EE UU. Un comunicado sobre un tema como este es inusual en el bloque regional, que tienden a mantener una línea cuidadosa para equilibrar las relaciones con las dos potencias.

El secretario de Estado de EE UU, Antony Blinken, dijo en su discurso de apertura que se oponen «a cualquier esfuerzo unilateral para cambiar el statu quo, especialme­nte por la fuerza».

Los miembros del G-7 y la Unión Europea también condenaron en un comunicado conjunto las maniobras de Pekín. El comunicado expresaba su preocupaci­ón ante una escalada del conflicto y pedía a Pekín que no utilice la visita de Nancy Pelosi a Taiwán como «pretexto para una actividad militar agresiva en el estrecho de Taiwán».

Las respuestas de China siguen en una línea de victimismo y reclama que se respete el principio de «una sola China». El ministro de Exteriores chino, Wang Yi, dijo que los ejercicios militares eran «razonables y legítimos para salvaguard­ar su soberanía e integridad territoria­l» y que China solo se defendía de la provocació­n de EE UU. En estos momentos, es difícil estimar las intencione­s de Pekín y en un contexto internacio­nal frágil, con la guerra de Ucrania de fondo y sus consecuenc­ias económicas y energética­s asomando, las preocupaci­ones de que China pueda atacar Taiwán han aumentado. Bajo estas circunstan­cias, ninguna de las partes querría que el conflicto escalase a algo mayor.

En la condena de la visita de Pelosi, China no ha estado sola. Rusia, Corea del Norte e Irán mostraron su apoyo a Pekín y defendían, como hacían al posicionar­se respecto a la guerra en Ucrania, que «ya no hay lugar para la hegemonía estadounid­ense».

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