Ribera recula y rebaja dos grados la limitación de temperatura
► Bares, restaurantes, gimnasios, discotecas o cocinas podrán poner el termostato a 25 grados. No habrá restricciones a hogares
«Flexibilidad» a la hora de aplicar el plan de ahorro energético. A esa palabra se aferró ayer la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, para rectificar uno de los puntos principales y más polémicos de su real decreto: la limitación de la temperatura por encima de 27 grados. Ante las dudas y el caos que han provocado las inconcreciones del decreto publicado en el BOE, tanto en sus líneas de aplicación como en las posibles sanciones sanciones por incumplimientos, Ribera se ha visto forzada a clarificar y a precisar algunas de las medidas aprobadas, de las que ha vuelto a recordar que se aplicarán «con flexibilidad».
Así, en una entrevista en Onda Cero, precisó ayer que bares y restaurantes podrán limitar el uso del aire acondicionado en el «entorno de los 25 grados», teniendo en cuenta las recomendaciones de la legislación laboral, frente a los 27 grados que contempla el real decreto. Por tanto, como adelantó LA RAZÓN, los gobiernos regionales deberán ajustarse a lo previsto en el Real Decreto 486/1997, que regula que en los locales en los que se realiza una actividad profesional «ligera» no pueden superarse los 25 grados.
En este sentido, ha aclarado que los 25 grados se aplicarán en locales en los que se acumula mucha gente o la temperatura es muy elevada, como discotecas, cocinas y gimnasios, que necesitan una temperatura distinta a otros espacios como una librería. «No se puede pedir a trabajadores que están en condiciones de ejercicio físico importante que no tengan las condiciones que el derecho laboral garantiza con respecto a los máximos y mínimos de temperatura», aseguró Ribera. Eso sí, la ministra advirtió que en el caso de comercios y establecimientos públicos «deberán justificar» cuándo no aplican el límite de temperatura en el termostato para proteger los derechos de la salud laboral de sus trabajadores.
La ministra volvió a reiterar que este primer paquete de medidas está pensado para edificios de uso público «con flexibilidades» según el tipo de actividad económica y el trabajo que se desempeñe. De este modo, recordó que el decreto distingue entre los trabajos sedentarios –«trabajar en una oficina»– de los trabajos activos –«como la actividad en una tintorería o un restaurante»-. «El propio decreto ley incorpora una llamada que especifica que allí donde haya espacios donde los trabajadores tengan que desplazarse y tengan un ejercicio físico debe aplicarse con la flexibilidad que corresponda», por lo que aseguró «no debe quedar duda alguna sobre la aplicación del plan ni sobre las temperaturas de los termostatos».
Ribera también descartó que el plan de contingencia contemple restricciones o prohibiciones dentro de los hogares, si bien sí propondrá recomendaciones «muy conocidas y muy clásicas» relativas a los termostatos, las ventanas, los toldos y los electrodomésticos.
A última hora de la tarde de ayer, Ribera se vio forzada a convocar a las comunidades autónomas a una reunión de «carácter técnico» el próximo martes para «aclarar dudas» y terminar con todos los «malentendidos» sobre el plan, cuyas primeras medidas entrarán en vigor el próximo miércoles.