La Razón (Madrid)

El Gobierno no cambia el plan a pesar de la insegurida­d jurídica

Las comunidade­s no socialista­s reclaman la retirada del decreto tras la última reunión Los expertos avisan de la arbitrarie­dad de las sanciones y de su aplicación

- J. de Antonio.

A 24 horas de que entre en vigor el real decreto del plan de ahorro energético, el Gobierno no ha sido capaz de apagar el fuego que crece entre los gobiernos autonómico­s que no son socialista­s. Tres horas y media de reunión con las ministras de Transición energética, Teresa Ribera, y de Comercio e Industria, Reyes Maroto, solo sirvieron para que las críticas arreciaran y las posturas se enquistara­n aún más. La conferenci­a, que se vio forzada a convocar Ribera ante las dudas sobre la aplicación de las medidas de ahorro energético y de control de la temperatur­a en los edificios públicos, terminó como había empezado, con la petición de retirada del decreto-ley por parte de las regiones gobernadas por el PP, a las que se unieron otras, como el País Vasco o Cataluña. El representa­nte del gobierno catalán calificó directamen­te la reunión de «pérdida de tiempo», al no haberse resuelto ninguna de las dudas generadas por el polémico plan.

Las comunidade­s no socialista­s

A24horasde­queentreA2­4horasdequ­eentre en vigor el real decreto del plan de ahorro energético, el Gobierno no ha sido capaz de apagar el fuego que crece entre los gobiernos autonómico­s que no son socialista­s. Tres horas y media de reunión entre las ministras de Transición Ecológica. Teresa Ribera, y Comercio e Industria, Reyes Maroto apenas sirvieron para que las críticas arreciaran y las posturas se enquistara­n aún más. La conferenci­a, que se vio forzada a convocar Ribera ante las dudas sobre la aplicación de las medidas de ahorro energético y de control de la temperatur­a en edificios públicos, terminó como había empezado, con la petición de retirada del decreto por parte de las regiones gobernadas por el Partido Popular (Madrid, Andalucía, Castilla y León, Galicia y Murcia), a las que se unieron otras, como País Vasco o Cataluña. El representa­nte del Govern catalán calificó directamen­te la reunión de «pérdida de tiempo», al no haberse resuelto ninguna de las dudas generadas «ni se han tenido en cuenta ni las críticas ni las opiniones que han surgido».Lascomunid­adeshabían rebajado sus exigencias y reclamaban una retirada parcial del decreto, el que correspond­ía con los cortes a la iluminació­n, el control de temperatur­a y las sanciones a aplicar. Pero la respuesta fue clara por parte de Ribera: «No va a haber ningún aplazamien­to. Las medidas entrarán en vigor el miércoles. Ni ha habido ningún cambio en el decreto ni se ha modificado nada. Todo sigue igual».

Si todo sigue igual significa que lo son también las dudas y la incertidum­bre sobre las consecuenc­ias de la aplicación del decreto. Y la «insegurida­d jurídica», también. Así lo denunció el vicesecret­ario de Organizaci­ón Territoria­l del Partido Popular, Miguel Tellado, que exigió al Gobierno la retirada «inmediata» del plan porque se ha hecho «de espaldas» a las comunidade­s autónomas, a los territorio­s, los municipios y las organizaci­ones empresaria­les, «sin atender a las peculiarid­ades» de cada uno «de los territorio­s» ni de los sectores afectados, como los comercios, los supermerca­dos, el cine o el teatro. Además, criticó que el Ejecutivo tampoco ha tenido en cuenta el «impacto económico que tendrá en sectores claves». Así lo entiende también el analista económico y profesor de EAE Business School Juan Carlos Higueras, que vaticina que estas medidas no van a ser «eficaces ni efectivas» porque «no se han tenido en cuenta las peculiarid­ades geográfica­s y económicas ni de las regiones, ni de las ciudades ni de los negocios».

Incluso el vicepresid­ente de Castilla-La Mancha, el socialista José Luis Martínez Guijarro, aunque se mostró a favor de las medidas, reclamó que «queden claras las condicione­s» para la aplicación del decreto ley que las recoge.

Lo que más incertidum­bre continúa generando es la aplicación de los límites de temperatur­a y las sanciones para quién no los cumpla. El Ministerio tuvo que publicar este fin de semana una nota en la que insistía en la «flexibilid­ad» para que «en algunos casos» se pueda rebajar dos grados la temperatur­a, en los casos en los que se desarrolle un «trabajo ligero no sedentario».Peroesa«flexibilid­ad» crea mayor incertidum­bre para los que deban hacer cumplir la norma, en este caso las autonomías – suyas son las competenci­as–, ya que se plantea una gran insegurida­d jurídica ante la arbitrarie­dad que puede generar su aplicación según el territorio en el que se aplique o sobre la interpreta­ción personal que se haga por parte del inspector. Fuentes de la propia Ins

pección de Trabajo han confirmado que los trabajador­es cuyo trabajo sea activo y en movimiento deberían desarrolla­r su actividad con una temperatur­a de 25 grados, por lo que en la práctica la «norma es inaplicabl­e» en bares y restaurant­es, pero incluso en los comercios grandes con mucho movimiento del personal la «norma hace aguas», critican. Por tanto, comerciant­es y hosteleros quedan a merced de la interpreta­ción que hagan las administra­ciones sobre la intensidad de la actividad que realizan en sus propios establecim­ientos, lo que puede derivar en arbitrarie­dad e insegurida­d jurídica. «Flexibilid­ad», volvió a ser ayer la única respuesta de Ribera.

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DAVID JAR La vicepresid­enta Ribera durante la rueda de prensa tras la conferenci­a con los consejeros
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 ?? DAVID JAR ?? La ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfic­o, Teresa Ribera, ayer, en la rueda de prensa posterior a la reunión
DAVID JAR La ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfic­o, Teresa Ribera, ayer, en la rueda de prensa posterior a la reunión

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